#3 Ahora que lo he visto entero no puedo evitar volver a comentar...
A pesar de que evidentemente cojea hacia un lado (tiene una gran y evidente financiación y puesta en marcha por detrás), el punto de partida es muy bueno.
Pero la diana en muchos casos la pone en el lugar que le interesa. Pone música melancólica en los testimonios que le interesa, sobrevalora el testimonio de un transexual que se opone al proceso hormonal sin preguntar a otros que sean felices tras pasar por él, y cierra el documental con los testimonios que más le interesa promover en vez de ahondar más en la cuestión base y principal del documental de "¿Qué es una mujer?"
#4 Muestra su tendencia, eso es claro, pero no deja de ser curioso que da voz a los del otro lado y, a mi juicio, ellos solos se bastan para quedar en ridículo. También ocurre que los medios de comunicación son partidistas, están todos del lado de que tengamos un trans hasta en la sopa, por lo que estos documentales son necesarios, ni que sea para equilibrar un poco. Entiéndaseme, no hay nada malo en visibilizar a un colectivo minoritario, lo que ocurre es que los medios promocionan y defienden acríticamente cualquier idea que los gritones LGTB+ defienden, por absurda que sea. Por ejemplo, el derecho de una autopercibida mujer con cuerpo de hombre a entrar en vestuarios de mujeres o en cárceles de mujeres, porque sus sentimientos son más importantes, al parecer, que los de esas mujeres a las que, quizás, no les apetece que un cuerpo masculino se pasee por esos sitios.
Luego, otro tema es que hay muchos asuntos alrededor. Lo de las competiciones deportivas y los baños/vestidores es uno de los asuntos, por ejemplo, que podríamos generalizar diciendo si hemos de tener actividades o recintos discriminatorios por sexo*género, y si los hemos de tener, entonces, ¿que sea por sexo o que sea por género?.
Otro es el de hasta qué punto es ético detener el proceso de la pubertad de un adolescente y las operaciones para modificar su cuerpo. Otro el de la educación, tanto en la escuela (¿se va a prohibir decir que la especie humana tiene 2 sexos?, porque a este ritmo vamos), como en casa: yo mismo en TV3 fui testigo de un padre que contaba que a su hijo pequeño no le llamaban de manera masculina ni femenina, sino que usaban un término neutro... Me pregunto cómo estará de la cabeza de ese muchacho en unos años.
Otro es si hay que imponer penas de cárcel o económicas a quien se atreva a hablar de una persona sin emplear los pronombres que esa persona hubiera escogido. ¿Estamos locos o qué?
Con la excusa de proteger los derechos de una minoría --cosa en la que estoy de acuerdo--, se abren toda una serie de puertas que nada tienen que ver con eso.
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A pesar de que evidentemente cojea hacia un lado (tiene una gran y evidente financiación y puesta en marcha por detrás), el punto de partida es muy bueno.
Pero la diana en muchos casos la pone en el lugar que le interesa. Pone música melancólica en los testimonios que le interesa, sobrevalora el testimonio de un transexual que se opone al proceso hormonal sin preguntar a otros que sean felices tras pasar por él, y cierra el documental con los testimonios que más le interesa promover en vez de ahondar más en la cuestión base y principal del documental de "¿Qué es una mujer?"
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Luego, otro tema es que hay muchos asuntos alrededor. Lo de las competiciones deportivas y los baños/vestidores es uno de los asuntos, por ejemplo, que podríamos generalizar diciendo si hemos de tener actividades o recintos discriminatorios por sexo*género, y si los hemos de tener, entonces, ¿que sea por sexo o que sea por género?.
Otro es el de hasta qué punto es ético detener el proceso de la pubertad de un adolescente y las operaciones para modificar su cuerpo. Otro el de la educación, tanto en la escuela (¿se va a prohibir decir que la especie humana tiene 2 sexos?, porque a este ritmo vamos), como en casa: yo mismo en TV3 fui testigo de un padre que contaba que a su hijo pequeño no le llamaban de manera masculina ni femenina, sino que usaban un término neutro... Me pregunto cómo estará de la cabeza de ese muchacho en unos años.
Otro es si hay que imponer penas de cárcel o económicas a quien se atreva a hablar de una persona sin emplear los pronombres que esa persona hubiera escogido. ¿Estamos locos o qué?
Con la excusa de proteger los derechos de una minoría --cosa en la que estoy de acuerdo--, se abren toda una serie de puertas que nada tienen que ver con eso.