La insuficiencia de vitamina D puede ser la causa del 90% de las muertes por COVID-19. Es hora de actuar." (12/2020) [ENG]
Artículo-comentario respecto a este estudio: www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7551780/
Se están acumulando pruebas procedentes de estudios observacionales que sugieren que la mayoría de las muertes debidas a infecciones por SARS-CoV-2 son estadísticamente atribuibles a la insuficiencia de vitamina D y podrían prevenirse mediante la administración de suplementos de vitamina D. Dada la dinámica de la pandemia de COVID-19, debería promoverse e iniciarse la administración racional de suplementos de vitamina D, cuya seguridad ha sido demostrada en un amplio corpus de investigación, para limitar el número de víctimas de la pandemia incluso antes de la prueba final de eficacia en la prevención de las muertes por COVID-19 mediante ensayos aleatorizados.
Hemos leído, con gran interés, el reciente artículo de Radujkovic et al. en el que se informaba de asociaciones entre la deficiencia de vitamina D (25(OH)D < 12 ng/mL) o la insuficiencia (25(OH)D < 20 ng/mL) y la muerte en una cohorte de 185 pacientes consecutivos sintomáticos positivos al SARS-CoV-2 ingresados en el Hospital Universitario Médico de Heidelberg, que fueron diagnosticados y tratados entre el 18 de marzo y el 18 de junio de 2020 [1]. En esta cohorte, 118 pacientes (64%) tenían insuficiencia de vitamina D en el momento del reclutamiento (incluidos 41 pacientes con deficiencia de vitamina D), y 16 pacientes fallecieron a causa de la infección. Con un riesgo relativo de muerte ajustado por covariables de 11,3, la mortalidad fue mucho mayor entre los pacientes con insuficiencia de vitamina D que entre los demás pacientes. Cuando se traducen a la proporción de muertes en la población que es estadísticamente atribuible a la insuficiencia de vitamina D ("proporción de riesgo atribuible a la población"), una medida clave de la relevancia para la salud pública de los factores de riesgo [2], estos resultados implican que el 87% de las muertes por COVID-19 pueden atribuirse estadísticamente a la insuficiencia de vitamina D y podrían evitarse potencialmente eliminando la insuficiencia de vitamina D.
