#5 #9 #7 madremia si el valor de la mayor parte del arte narrativo, de los últimos cuatrocientos mil años, ha consistido en ofrecernos la satisfacción por el infortunio del villano. Y es tanto un valor moral como económico, porque si no existiera la posibilidad de resarcirnos porque al malvado le salen mal las cosas, no habría aliciente para adquirir la historia. Así que hacer una virtud de la impasibilidad ante una narrativa donde se nos ofrece el goce de disfrutar con el mal de los malos, es oponerse al mercado de esta clase de historias, que es el mayor mercado de las historias que nos contamos. ¡Resulta que nuestro más ferviente "anticomunista" quiere arruinar el principal mercado literario y cinematográfico de todo el mundo! ¿Creeis que va a ir alguien al cine a ver documentales posmodernos tipo "Los enfoques postfísicos de las disonancias colapsadas" y toda la historia sea que sale un sujeto de mediana edad dentro de un traje de neopreno maullando y dando saltitos? ¡Yo y chatGPT, como novelistas en ciernes, estamos ofendidísimos de que, ahora también en nombre del relativismo moral, se nos quiera quitar el pan de la boca!