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Vox, como no me gusta no lo veo

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La irrupción de la extrema derecha en el panorama político español traerá consigo, en apenas 15 días, representación parlamentaria. Es el resultado de lo que venía sintiéndose en la calle, balcones, foros y televisiones: el ideario fascista de patriotismo de bandera, odio a lo distinto y defensa del orden y sus vigilantes, llevaba tiempo atrincherado en el PP y los dueños del poder han decidido liberarlo para que acumule -como en el resto de Europa- por sí solo.

comentarios (2)
  1. inconformistadesdeel67
    Lo que se viene sintiendo en la calle, es producto del papel, de las redes, y de de la caja boba.
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  2. Rob_Ben_Gebler
    Siento no estar de acuerdo con quien cree que el aumento de la tendencia a votar a VOX es producto de una especie de degeneración mental de los votantes, que cuando votan a la izquierda es porque son inteligentes, pero cuando votan a la derecha es porque están azoquetados.

    Si la gente no votaba antes a opciones más a la derecha del PP (que las había) y ahora lo hacen, es porque algo les ha empujado a ello.

    Y porque ven un peligro en que continúen gobernando los partidos de centro-izquierda y de izquierda, o un amenaza directa a su calidad de vida, o la de su familia.

    Y es un peligro o una amenaza que no creen que PP o Ciudadanos conjuren

    En algunos casos es por el hartazgo del tema catalanista, sí, o por la desconfianza en la evolución del modelo de Estado bajo la presión nacionalista, pero yo creo que influye mucho también el tema de género, el asunto inmigratorio, y todo aquello que hace que la gente esté dispuesto a tragar con cosas que anteriormente le repateaban o le daban igual (como los toros, las banderitas, etc) a cambio de que alguien les asegure que ellos, y sus familias varones, blancos, heterosexuales, van a poder vivir como ciudadanos de primera, y no de tercera.

    En mi caso, en mis últimos viajes a Barcelona nos han robado una cartera a mi mujer, y un móvil; y otra vez casi me roban a mi la cartera. Las estaciones de metro y autobús en Barcelona están, literalmente, infestados de bandas de delincuentes (inmigrantes la mayoría) que andan a la caza de viajeros, mientras que los de SOS Racismo se dedican a subir videos de supuestos actos de discriminación (muchos de ellos montajes)

    Ya te digo yo que, no siendo de Barcelona, si pudiera votaría veinte veces para echar a la gentuza que ha permitido que Barcelona se convierta en una cueva de cacos. Empezando por Ada Colau, claro
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