En estos tiempos las actividades de ocio y tiempo libre deben readaptarse, pues lo que antes era norma en muchos aspectos cotidianos ahora es más bien variable. Quiero decir que debemos estar abiertos a modificar nuestras actividades, por nuestro bien y quizás también por el de quienes nos rodean.

Ese tartar de salmón, ese bao de pulled pork, ese bruncheable y fotogénico bagel de aguacate. La gentrificación ha llegado también a la gastronomía. Tanto, que podríamos hablar de gastrificación: platos cuya apariencia superficial es tan tentadora al primer vistazo como vacua, repetitiva y cutre al paladeo; y que se sirven en restaurantes de clónica decoración