En el uso del fenómeno de la violencia de género se da una de las más refinadas y perniciosas manifestaciones de la conocida como falacia moralista: puesto que debe ser que la violencia contra las mujeres es una manifestación de la discriminación ancestral y estructural de los hombres contra las mujeres, las agresiones que sufren las mujeres a manos de sus parejas o exparejas son machistas, su causa es el machismo, esto es, en el fondo no hay ninguna otra causa que estudiar, ni investigación que hacer ni estadísticas que comparar.