Además, los informes de peritaje forense no demuestran que las víctimas de una agresión, sean hombres o mujeres, sufran lesiones de diferente gravedad. En otras palabras, el cuerpo humano de cualquier adulto recibe los golpes por igual, sin diferenciación de sexo, y el código penal se basa en esas lesiones para juzgar al acusado, y no por su fuerza física. Por lo tanto pienso que es un argumento muy endeble para defender la LIVG.
Claro, esto implica hacer las cosas bien, y seguramente un gasto mayor, cosa que no suelen hacer la mierda de politicuchos que tenemos.