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Rob_Ben_Gebler
#3 #2

El peligro, o el problema (aparte de que no se había pixelado el rostro de los agentes, lo que supone un riesgo para su intimidad e integridad) es que los videos grabados son editados, cortados, modificados, y enviados a redes sociales, cadenas de TVE, etc, donde las publican sin ningún sentido crítico ni valoración del caso.

No sólo debe estar prohibido para las fuerzas policiales; imaginaos una persona que lleva una grabadora a una clase y graba unos minutos de explicación, la edita, la descontextualiza, y la manda a redes sociales (ha pasado ya, acordaos de la profesora "castravarones")

O en una consulta médica; o en un despacho de Hacienda...

Una cosa aceptable podría ser filmar lo que fuera y presentarlo como prueba ante un juzgado, acompañando a una denuncia. Es, o debería ser, el procedimiento correcto. Divulgarlo por redes sociales, sin pixelar... rotundamente, no.

De cosas como ésta se nutren los Alvises de turno; y creo que estamos de acuerdo que son basura mediática
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