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Rob_Ben_Gebler
#1 #2

Los dos tenéis razón.

Hace años que se logró un marco legislativo que sancionaba la plena igualdad de derechos

Lo que ocurre es que, una vez conseguido su objetivo, apartarse del poder y volver a currar en la mina (como hizo Gerardo Iglesias) o en un supermercado, o de recepcionista de un hotel, es jodido.

Es más fácil seguir inventando enemigos, como que un camarero presentando la cuenta al hombre en lugar de a la mujer es una amenaza para la sociedad, para así seguir manejando poder y dinero ajeno. Como Colau creando talleres contra la masculinidad con dinero público. De momento voluntarios y abiertos a "todo hombre que quiera desprenderse de la "toxicidad" que lleva incorporada por el hecho de haber nacido hombre" Si esto no es sexismo contra el varón, que me lo expliquen

Vaticino que, en nada, serán obligatorios
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