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Rob_Ben_Gebler
0.- Esta fotografía muestra varios de los actores de la "Gran Revolución Árabe". En primera fila, Faysal Ibn Alí, y detrás a su izquierda, T. E. Lawrence

1.- www.jewishvirtuallibrary.org/the-hussein-mcmahon-correspondence-july-1

2.- Por supuesto, ni Husayn ni los árabes que le apoyaron no pagarán ni una sola libra por ellos. De hecho, sus demandas se harán más y más exageradas cuando estalló la "Gran Revuelta Árabe" y los británicos se dieron cuenta en qué pantano se habían metido.

3.- www.jewishvirtuallibrary.org/the-hussein-mcmahon-correspondence-july-1

4.- En realidad, no es que estas cartas fuesen el único contacto entre los Hashemitas y el Imperio Británico; todo lo contrario: los hijos del Sherif mantuvieron permanente comunicación con funcionarios ingleses, a los que hacían llegar peticiones económicas, solicitudes de subsidios, ayudas... en general extorsionaron hasta el límite al Imperio:

- En Febrero de 1916 (como hemos visto) el Sherif cifraba sus "modestas" necesidades en 5000 rifles y 50.000 £ (británicas).

- En Mayo, antes incluso del estallido de la "Gran Revuelta", Husayn pidió otras 50.000 £ para él y 10.000 £ para su hijo Abdullah (que ya había recibido 3.000 £).

- Al día siguiente del estallido de su Revuelta, Zeid -hijo menor de Husayn, de 18 años de edad- pidió, en nombre de su padre, una ayuda mensual de 130.000 £, que luego se ajustaron a 125.000 £, al inicio de la "Revuelta", para aumentar progresivamente hasta 200.000 £ en Junio de 1917.

- Para que nos hagamos una idea: Abdulaziz Ibn Saud, mucho más competente y más fiable como aliado, cobraba 5.000 £ mensuales de los británicos, e Muhammad ibn Ali al-Idrisi, 2.000 £ mensuales.

- Todo esto no incluye el suministro de rifles, que durante todo el primer año sumaron hasta 175.000 unidades (diez veces más que los que un ejército medianamente competente y sin corrupción, del tamaño del que pusieron en pie los Hashemitas, hubiera necesitado) ni cuenta con las municiones, uniformes, forraje, alimentos, etc, facilitadas por los británicos.

- Muchos años después, bastante tiempo tras la muerte de T. E. Lawrence, en gran parte de la Península Arábiga, Lawrence era conocido como "El Hombre del Oro", y la moneda circulante en aquellos tiempos (sobre 1916) era, no la Lira Turca (que era la oficial) sino que -por su abundancia- era el Soberano Inglés.

5.- La pregunta es: ¿por qué, entonces, acabaron apoyando a los Hashemitas en su gobierno sobre el Hejaz (que perdieron ante Ibn Saud, en 1924); Siria (que perdieron, 1920); Iraq (que perdieron, 1958) y Transjordania (único lugar donde aún gobiernan)? Precisamente por su debilidad, que les hacía unos súbditos menos peligrosos que otros posibles candidatos al gobierno de los despojos del Imperio Turco. Los ingleses fueron engañados, pero sabían hacer del mal tiempo buena cara...

6.- La respuesta de Enver Pasha fue, desde luego, hostil: irritado, exigió al Sherif que ni se le ocurriera atribuirse el papel de consejero en estrategia de su Soberano, y le ordenó enviar al frente las tropas que decía tener en reserva -y había prometido mandar si el Califa se plegaba a su chantaje- o debería atenerse a las consecuencias.

7.- Dos posibilidades (además de la llegada de una tropa turca, como decimos en el artículo) explican la espera de Husayn:

a) Como hemos visto, no se había firmado ningún tratado entre los británicos y los soberanos del Hejaz; por lo tanto, Husayn no estaba obligado a lanzar la Revuelta, y no lo estaría mientras pudiera “gorronear” más de los británicos. Por lo tanto, en Marzo de 1916, cuando le debió quedar claro que McMahon no se iba a comprometer más, se le abrió un interrogante crucial: ¿Declaro la guerra? ¿Sigo negociando? ¿Me quedo “quieto en la mata”?

b) Husayn que -al revés de alguno de sus hijos- no era tonto, no tenía claro en Marzo de 1916 que la Revuelta fuese a triunfar. Sin apoyo británico, ni de coña. Y, aunque la Entente ganase la guerra, poco le importaba si él y los suyos sufrían la represión turca tras una revolución fracasada. De hecho, el Gobernador de Siria, Djemal Pasha -apodado (y no por casualidad) "El Carnicero"- ejercía un imperio del terror en las regiones cercanas a la península arábiga, con crueldad infinita sobre cargos sospechados de traición... Imagina lo que haría con traidores de verdad.
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