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Rob_Ben_Gebler
#2

Hitler creyó siempre en su Destino (lo que se fue reforzando tras escapar a varios atentados) y su talento (tanto como pintor como, posteriormente, cuando se las dio de estratega aficionado), lo que también se reforzó con los impresionantes éxitos políticos y militares del III Reich.

Pero, efectivamente, era incapaz de seguir un plan de trabajo o de estudios que le exigiera esfuerzos. Kubicek cuenta que, muchas veces, cuando él volvía de sus clases particulares, lo encontraba en la cama, soñando despierto con sus héroes de la mitología griega, o con revolucionar la arquitectura de Alemania.

Los éxitos alemanes hasta 1940 se debieron más a su talento como jugador de fortuna que a su preparación política o militar. Sus mayores éxitos militares, Francia y Polonia, a la superioridad incontestable de militares como Von Manstein (verdadero genio que diseñó la campaña de Francia)

Pero la fortuna del jugador que lo apuesta todo, una y otra vez, contra las probabilidades, termina acabándose.

Incluso en lo económico, su "mago" Schajt ya había dimitido hacia 1936 o así, convencido que Alemania iba a la ruina por su huida hacia adelante; la anexión de Austria y Chequia retrasó un poco el desastre, pero en 1939 el Banco de Alemania informó a Hitler y Goering de que la bancarrota era inminente. Solo le quedaba un camino. La guerra.
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