La regulación obstruye la entrada de la economía colaborativa en el mercado energético

Los sistemas de generación, consumo y almacenamiento de electricidad basados en ‘ciudadanos energéticos’ que adopten el papel de productores y proveedores de energías limpias son prácticamente utópicos en España. Igual que ha ocurrido con otras propuestas de economía colaborativa -Uber, Blablacar, Airbnb-, aunque hay tecnologías y estrategias para incluir al ciudadano en el mercado energético, la normativa complica una revolución que ya está ocurriendo en Estados Unidos, Holanda o Alemania.