Está mal que el hombre insulte a la mujer que le atiende, pero en lo que dice tiene toda la razón del mundo. Refresca ver que al menos hay gente con los pies en el suelo y la venda ante los ojos quitada, yo creo que cabrearse es una reacción de lo más normal, y decirle a la cara a los de esa farmacia que lo que hacen es inmoral es prácticamente un deber. He leído mensajes de otros padres con sus hijos muertos o enfermos por culpa de estas vacunas, que, al contrario, seguían sin aceptar que les habían engañado (si hay un grupo de edad que es inmune a la COVID-19 y que por tanto, no requeriría ser vacunado contra ella, éste es, justamente, el de los niños).
Las cosas no se han hecho mal, se han hecho fatal con el objetivo de que unas empresas se llevaran millones de euros, así de sencillo. Una pequeña lista de las obscenidades por las que hemos vivido:
- la vacuna se da a todo el mundo por igual, sin atender a razones de riesgo/beneficio ni mirando si a la persona, por su historial, le puede causar reacción adversa grave (recordemos que apenas ha habido exenciones médicas)
- oficialmente no hay otro tratamiento preventivo, tampoco hay tratamientos tempranos
- oficialmente los no vacunados eran la fuente de las transmisiones y el enemigo número uno
- no se informa de los riesgos debidamente al administrar estas vacunas, por tanto, no se da el consentimiento informado
- se pincha la aguja sin aspiración, cuando se debería aspirar para asegurarse que el contenido de la vacuna de Pfizer no va a parar al flujo sanguíneo, donde está contraindicado (cero responsables por esta chapuza)
- gobiernos, autoridades sanitarias, redes sociales, medios de comunicación: todos a una con la verdad única de que hay que vacunar porque sí (mal ciudadano el que no se vacunara) y que el SARS-CoV-2 es un virus muy peligroso (mortal).
Llamar al que ha pinchado a tu hijo es lo menos que puede hacerse, se me ocurren otras formas de protesta que serían constitutivas de delito, cuando el delito real lo han cometido todos los que ya he mencionado y unos cuantos más.
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Las cosas no se han hecho mal, se han hecho fatal con el objetivo de que unas empresas se llevaran millones de euros, así de sencillo. Una pequeña lista de las obscenidades por las que hemos vivido:
- la vacuna se da a todo el mundo por igual, sin atender a razones de riesgo/beneficio ni mirando si a la persona, por su historial, le puede causar reacción adversa grave (recordemos que apenas ha habido exenciones médicas)
- oficialmente no hay otro tratamiento preventivo, tampoco hay tratamientos tempranos
- oficialmente los no vacunados eran la fuente de las transmisiones y el enemigo número uno
- no se informa de los riesgos debidamente al administrar estas vacunas, por tanto, no se da el consentimiento informado
- se pincha la aguja sin aspiración, cuando se debería aspirar para asegurarse que el contenido de la vacuna de Pfizer no va a parar al flujo sanguíneo, donde está contraindicado (cero responsables por esta chapuza)
- gobiernos, autoridades sanitarias, redes sociales, medios de comunicación: todos a una con la verdad única de que hay que vacunar porque sí (mal ciudadano el que no se vacunara) y que el SARS-CoV-2 es un virus muy peligroso (mortal).
Llamar al que ha pinchado a tu hijo es lo menos que puede hacerse, se me ocurren otras formas de protesta que serían constitutivas de delito, cuando el delito real lo han cometido todos los que ya he mencionado y unos cuantos más.