Se gasta 12.000 euros en el PC gaming más caro del mundo y aprende una valiosa lección: hay cosas que el dinero no puede comprar
En el experimento comprobaron que lo más importante para marcar la diferencia en títulos competitivos no es el sistema, sino la destreza que tengas a la hora de jugar, algo que mejora cuanta más práctica y horas le dediques a un juego en concreto. Por ello mismo, recomiendan a todos los que desean “el mejor PC del mundo” para jugar, que se pregunten si merece más la pena invertir todo ese dinero en un nuevo equipo o en “formación y entrenamiento”, una conclusión a la que llegaron de manera desenfadada y en tono sarcástico