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Rob_Ben_Gebler
Imagen: Magna Grecia en la Guerra del Peloponeso

1.- Es obvio que las culturas egipcia, hindú, o china, desarrollaron su propia cultura, completamente distinta de la greco-latina; y que, incluso mientras se desarrollaba la Guerra del Peloponeso, Persia contemplaba sus conflictos como los de pueblos bárbaros, a los que convenía enfrentar unos contra otros, en lugar de tratar de conquistar unas ciudades - estado belicosas que, para Persia, supondría más problemas que ventajas.

2.- Olvidaos de la película de “buenos y malos” en este conflicto. Atenas, cuya producción posterior de sabios y escritores era muy superior a la de todas las demás ciudades griegas juntas, transmitió a la posteridad un discurso de amor a la Libertad y Democracia, y de defensa frente a los militaristas espartanos (que al final tuvieron que recurrir al auxilio de los persas), que es falso. De hecho, es muy parecido al discurso de los EEUU defendiendo la “libertad y la democracia en la "Guerra Fría"; pero que en realidad escondía la defensa de sus propios intereses, y poco más.

3.- En Esparta había, resumiendo mucho, tres clases sociales: espartiatas de pleno derecho u “Homoious” (“iguales”), que eran los descendientes de las cinco tribus o ciudades que se unieron para formar Esparta; periecos, hombres libres descendientes del resto de pueblos del Peloponeso sujetos a Esparta, e ilotas, o esclavos. Un enlace interesante, y sucinto, para comprender esto es aliso.pntic.mec.es/agalle17/instituciones/clasessocesparta.htm. Los espartiatas nunca fueron más que una minoría, y por eso siempre evitaron, en lo posible, enviar tropas fuera del Peloponeso o, si era necesario, hacerlo para campañas cortas y utilizando el menor número posible de espartiatas. Según Heródoto, en la batalla de Platea (479 B.C), el contingente espartano, el mayor que había salido nunca del Peloponeso, constaba de 45000 soldados, de los que sólo 5000 eran espartiatas. En general, se cree que los “homoious” nunca llegaron a superar los 8000 efectivos y hacia el siglo IV B.C. sufrieron una importante crisis demográfica que la redujo a potencia de segundo rango.

4.- Tucídides en su libro I, recoge (convenientemente pasadas a estilo literario) las palabras de Corinto (caps 67 a 71) y las de los atenienses (caps 72 a 78), que eran invitados. En inglés: www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus:text:1999.04.0105 o www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus:text:1999.01.0247

5.- Simon Hornblower, experto en el Mundo Griego Clásico y en Tucídides, considera imposible que, ante la tensa situación de la reunión de la Liga del Peloponeso, los enviados atenienses hubiesen cometido el error de provocar a los espartanos, ante sus aliados, con esas palabras. Para Tucídides (y para Hornblower) Atenas había provocado conscientemente a los espartanos (mediante la humillación de sus aliados) en los años anteriores y, con las palabras de sus delegados, buscó la ruptura de hostilidades. Como (en lenguaje moderno) dice Tucídides en I:23: “La causa más verdadera, aunque la que menos se manifiesta en las declaraciones, pienso que la constituye el hecho de que los atenienses, al hacerse poderosos e inspirar miedo a los lacedemonios, los obligaron a luchar.”

6.- Sobre todo en la Campaña de Pilos-Esfacteria, donde 120 espartiatas (y sus tropas auxiliares) eligieron rendirse antes que luchar hasta la muerte, lo que supuso una hecatombe moral en Esparta.

7.- Aunque no se suele comentar en las fuentes antiguas, muy influidas por Platón, al parecer en la acusación de “corromper a los jóvenes” que cayó sobre Sócrates, influía el recuerdo de Alcibíades y otros alumnos de Sócrates, a quienes se les consideraba culpables del paso de Atenas a una situación de potencia secundaria tras Esparta.

8.- En 427 Leontinos (actual Lentini), una ciudad siciliana en la órbita de Atenas, pidió ayuda a esta ciudad en los conflictos que tenía con varias ciudades, entre ellas Siracusa. Atenas mandó 20 trirremes (una aportación modesta) y, dos años después, una flota más importante (40 trirremes). Sin embargo, los sicilianos, hartos de la guerra y preocupados (incluso los leontinenses) por la posibilidad de que Atenas enviasen más y más barcos para conquistar toda la isla, celebraron un Congreso en Gelas y dijeron a los atenienses que “Sicilia para los sicilianos”. Los atenienses se retiraron en 424, pero la asamblea votó sanciones contra los strategoi por no haber conseguido la conquista de la Sicilia griega… cuando su misión no era esa y sus medios no lo hubieran permitido. No cabe duda de que, en algunas mentes, se perfilaba ya la intención de la conquista de la Magna Grecia.

9.- Nicias consideraba la empresa como muy peligrosa; había sido el artífice de la paz en 421 B.C. y creía que Atenas conseguiría mayor crecimiento con el comercio en la paz, que con el imperialismo. Era muy creyente en los Dioses, y creía en la Hybris, la locura que ataca a los poderosos que han sido cegados por los Dioses. Según Tucídides, tras que Alcibíades pidió el envío de 60 trirremes con dotación completa, y viendo que la Asamblea estaba por aprobar la expedición, quiso enfriar los ánimos, pidiendo unas fuerzas extravagantes para la expedición… con el resultado de que los ciudadanos pensaron que Nicias se pasaba al bando belicista y lo aprobaron.

10.- Habitualmente, el equipo de hoplita se lo costeaba el propio ciudadano, lo que quiere decir que los hoplitas venían de la clase alta; los thetes eran marineros pobres, a los que se proporcionó la panoplia hoplita con cargo al Estado para que sirvieran como una moderna infantería de marina: de carne de cañón.

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