Lo del Asperger, que decía.

En mi opinión, aciertan las personas que se niegan a poner etiquetas como "Síndrome de Asperger" a estas personas.

Son personas normales que (siempre en mi opinión) presentan simples variaciones de la normalidad. Son gente (no estoy haciendo una descripción del síndrome, sino de mucha gente a los que se les carga con esa etiqueta) que socializa con dificultad, les cuesta hacer amigos, no disfrutan con las cosas con las que la mayoría de los jóvenes disfrutan, a los mayores (incluyo aquí a padres, psicólogos, orientadores escolares, profesores, etc) les parecen retraídos, y a veces mediolelos.

Su inteligencia no es inferior (solo, de las mil y un aspectos de la inteligencia que tenemos, pueden tener mayor inmadurez en una, como la emocional, y estar muy desarrollado otro, como la verbal, la matemática...), y en ocasiones superior a la media. La etiqueta de "Asperger" que ha puesto la prensa a gente como Bill Gates, Sheldon Cooper, Sherlock Holmes, etc, no tienen en general otro fundamento que la manía de diagnosticar con la "enfermedad de moda" a todo quisque, y en este caso, a los "raritos"

De hecho, los pacientes con etiqueta de Asperger que conozco odian esta etiqueta, y con razón. No son enfermos, son gente normal, y poner esta etiqueta (como otras) no sirve más que para hacer más infeliz su vida. Y me explicaré.

Insisto en que son personas normales que, simplemente, representan una variante de la normalidad. Tan normal era Leonardo Da Vinci, ejemplo de versatilidad que tocaba todos los palos de Ciencia y Arte, como el tío que, en la Edad Media, era una persona huraña, sin amigos (y que no le importaba estar días sin hablar con nadie) que, al final se metía a monje copista e iluminador de manuscritos y era feliz.

Actualmente, con el diagnóstico de Asperger (y salen como churros) lo que intenta el psicólogo/profesor/padres y sociedad en general es que el sujeto diagnosticado cambie de forma de ser, y finja lo que no es, con la excusa es que la "sociedad no lo aceptará de otra manera". Por ejemplo, que se inscriba al niño en actividades extraescolares de teatro, deportes, etc, que al niño le importan tres cojones y que no le interesan, y que además aumentan el rechazo y el bullying porque los compañeros de teatro, y no digamos de deportes, lo marginan ("jo, ya nos han metido al rarito", "no le paséis la pelota al paquete", etc)

Digamos que es igual, o casi, que lo que se hacía antes con la homosexualidad, intentando que el homosexual se haga "normal" porque la sociedad, si no, le repudiará.

Lo malo es que, incluso mucha gente que dicen defenderlos (como la tal Brooke Rogers, o muchos de los que dicen defender a Greta) se limitan a lo superficial, a que se use el eufemismo de "neuroatípicos". No, no son "neuroatípicos", que es como decir "neuroraritos". Son gente normal, a los que les interesa poco hacer amigos, no les gusta salir por la noche, la ropa, la higiene personal, suele ser un poco descuidada, a veces leen horas y horas en lugar de hablar con gente... Lo que hay que hacer es dejarles en paz, aceptarles como son, y dejarles que encuentren su camino.

No hay que darles prioridad en oposiciones ni tratarles como memos. Son capaces de sacar el número uno en oposiciones, si le dejas tranquilo. Por mi experiencia, obligarles "a que salgan" o "hagan como los demás" no hace más que aumentar su infelicidad y el rechazo de la gente que les rodea.

Y, para terminar, dudo que Greta tenga un Asperger o, al menos, que sea ese su único problema. Las personas con Asperger (en mi experiencia) no se obsesionan tanto con una cosa externa a ellos como para perder nosécuántos quilos o hacer las cosas que hizo Greta. Más bien, buscan que se les deje en paz, y seguir su propio camino. Sí que es cierto que son bastante influenciables, al tener algunos aspectos de su inteligencia emocional menos desarrollados (y más a los 15 años). Cae con facilidad en adicciones, timos, engaños, etc. Para mi que a Greta (de la que dicen también que tiene rasgos obsesivos) o tiene otras cosas o, si es un "Asperger" le han comido el tarro haciéndole creer que es su misión en la vida