Las próximas décadas estarán protagonizadas por misiones de retorno de muestras de varios cuerpos del sistema solar. En el último año hemos visto a la sonda Hayabusa 2 regresar con trozos del asteroide Ryugu y a la Chang’e 5 con las muestras más jóvenes de la Luna. Y, por supuesto, ya que apuntamos al cinturón principal, ¿por qué no traer una muestra del mayor asteroide, el planeta enano Ceres? La sonda Dawn descubrió que Ceres es un pequeño mundo fascinante que muy probablemente tuvo un océano interior en el pasado.
Pocos objetos hay en el mundo que cuesten diez mil millones de dólares. Y uno de ellos es el Telescopio Espacial James Webb (JWST), la joya de la corona de la división de astronomía de la NASA. El James Webb es el instrumento astronómico más caro y complejo jamás diseñado por el ser humano. Después de quince años e innumerables retrasos y sobrecostes, el James Webb afronta su recta final antes de despegar el próximo 18 de diciembre desde la Guayana Francesa a bordo de un cohete Ariane 5 ECA+.