¿Por qué el CDC ocultó los datos de V-safe al pueblo estadounidense durante casi 2 años? [ENG]
Cuando te vacunas de la COVID-19, recibes una tarjeta para inscribirte en el programa V-safe. Se anima a todo el mundo a inscribirse para que los C. D. C. sepan lo segura (o no) que es la vacuna.
Algo más de 10 millones de personas decidieron participar en el programa para las vacunas COVID-19. V-safe se pone en contacto contigo regularmente para ver cómo van las cosas.
Si informas de un acontecimiento adverso grave, recibes una llamada telefónica de un contratista de los C. D. C. que te anima a presentar un informe VAERS. Lo sé porque cuando informé de que mis necesidades de insulina se dispararon después de la vacuna a niveles sin precedentes, recibí una de estas llamadas.
A diferencia del sistema VAERS, los datos de V-safe están casi "completamente reportados" porque la gente se inscribe en el momento en que se vacuna ANTES de tener cualquier síntoma. Por lo tanto, sabemos que el denominador es 10,1M. No se informa completamente porque incluso después de que la gente se inscriba, muchas personas ignorarán las solicitudes posteriores de V-safe para introducir su información. Por lo tanto, es probable que los porcentajes notificados en V-safe subestimen la gravedad de cualquier problema.
Los eventos registrados en V-safe son también muy genéricos, con sólo unas pocas categorías predefinidas.
Los C. D. C. dejaron de impulsar este sistema alrededor de mayo de 2021, después de que quedara claro que se estaban acumulando datos que demostraban que las vacunas no eran seguras.
Sus datos muestran que el 33,1% de los vacunados sufrieron un evento adverso significativo y el 7,7% tuvo que buscar atención médica profesional. Son cifras extraordinarias que demuestran claramente que las vacunas no son seguras, que los C. D. C. ocultaron deliberadamente esta información al público y que las compañías farmacéuticas falsificaron los datos de los ensayos clínicos.
Resumen
Los C. D. C. deben explicar al público estadounidense por qué ocultaron los datos de V-safe durante tanto tiempo, por qué se negaron a publicarlos voluntariamente y por qué no hicieron saber al público estadounidense que las vacunas de la COVID-19 desencadenaron la señal de seguridad de "muerte".
La prensa convencional tiene que explicar por qué no se hace estas preguntas y opta por ignorar escribir sobre esto.
Los miembros del Congreso tienen que explicar al pueblo estadounidense por qué se mantienen al margen y no piden una investigación.
La comunidad médica dominante debe explicar al pueblo estadounidense por qué permanece en silencio mientras todo esto sucede.
Las universidades deben explicar por qué, a la luz de estas revelaciones, siguen obligando a vacunar a sus estudiantes.
