Cyberloaf
Queridos confesores:

He pecado de palabra, obra y omisión.

Pedí a ING que pusiera la tilde en mi apellido en cumplimiento con la LOPD. A los pocos días me llaman una empleada e intenta explicarme porque no pueden corregir el error al mismo tiempo que se va por las ramas. Me enojo y le corto el rollo, ella se pone gilipollas, en modo feminazi, repitiendo una docena de veces que no le dejo hablar, lógico pues se está yendo por las ramas. Al final le grito para evitar que hable, pidiéndole que cuelgue, cosa que hace.

Seguidamente vuelvo a escribir a ING y les pido que solucionen el problema y que no me llamen por teléfono. A los dos días me responden que ya han puesto la tilde en mi apellido.

Lo siento, no tengo paciencia con quienes me quieren vender la moto.
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