#43 @ina, cuántas veces habré respondido a ese mismo comentario. Por qué tanta insistencia con que no son perfectos. Quién no ha hecho un pufo a lo largo de su vida en un país como este. Ellos llegaron a la política criticando la corrupción estructural, la impunidad y el desprecio por el sentido común y la verdad, y nada de lo que les achacan les resta un ápice de razón en lo que dicen.

No ves que toda esa campaña mediática se debe precisamente a que no son corruptos, y para tratar de establecer una equidistancia, a todas luces, inasumible para poder restablecer los salvajes niveles de corrupción que han imperado hasta ahora, así como el grado de tolerancia del electorado. ¿No percibes que lo están consiguiendo? Que hayan elevado nivel de exigencia con cierto éxito es algo que nos beneficia todos.. ¿Por qué cuestionar precisamente ese aspecto?

Lo que les exijo razonablemente es que no utilicen sus cargos políticos para delinquir, y que traten de llevar a cabo políticas más justas y equitativas que solucionen semejantes desequilibrios. Lo demás son pequeñeces que, realmente, suponen un menoscabo irrisorio. Aunque, en este elitismo neoliberal en el que nos han sumido, eso suene a comunismo.

Por lo que no es de recibo equiparar eso con los graves delitos de corrupción de buena parte de sus oponentes que sí han provocado un daño enorme e irreparable a la sociedad de este país. Es como comparar a un niño que comete un error, con un adulto que asesina con premeditación. Porque, siendo rigurosos y absteniéndonos de aplicar doble vara, si eso los inhabilita, quizás los otros deberían estar presos en Guantánamo sine die, o algo así, ¿no te parece? La desproporcionalidad, en este caso, es demasiado palmaria como para obviarla.