El conflicto interno en Podemos entre el sector pablista y el errejonista se ha cerrado en falso. La tregua firmada tras la asamblea fratricida de Vistalegre II, en la que Pablo Iglesias se impuso holgadamente sobre Íñigo Errejón, ha demostrado su fragilidad durante las últimas semanas. El sector errejonista, que ha visto mermado su peso orgánico, institucional y hasta mediático, como consecuencia de los cambios producidos tras el último congreso, mantiene su propia línea política y oposición interna a la nueva estrategia marcada por la ...
Esstimada señora diputada y portavoz de su grupo: Incurre usted en error de juicio al imaginar que la silla y micrófono de una tertulia es propiedad de un partido político; una especie de cuota establecida por un presunto derecho consuetudinario. Un error demasiado extendido que daña la credibilidad del medio y del que tienen mucha culpa los propios medios que han debilitado su soberanía a base de coqueteos y trasiegos con los portavoces de los partidos para aparentar neutralidad en perjuicio de la profesionalidad...
Pablo Iglesias se ha puesto chaqueta por recomendación de su madre y ha hecho bien. Pero ese cambio de imagen no afecta a su manera de ejercer el liderazgo en Podemos donde acaba de imponer un nuevo castigo a Íñigo Errejón obligándole a abandonar su participación en la tertulia del programa ‘La Hora 25′ de la Cadena Ser donde Iglesias ha pretendido colocar a Irene Montero, que se presentó en la emisora, pero que fue rechazada y con razón por la SER que es quien elige a sus tertulianos.
Observen el medido desdén con el que luce sus zapatillas; la milimetrada indolencia con la que libera de ataduras su cintura soltándose la camisa; la estudiada dejadez que exhiben sus vaqueros lavados a la piedra. Comparen el desabrido porte que traslada la figura del regidor populista en la fotografía en la que aparece junto a Don Felipe con la instantánea en la que rinde honores, talle enhiesto, cual alto ejecutivo de un banco de negocios, al representante de la dictadura comunista china de la ciudad de Shenzhen. ¿Ese es Xulio Ferreiro
Montero se propuso quitarle el sitio en Hora 25 a Errejón, que de paso es a quien escogió para su programa Àngels Barceló. Normal, muchos preferimos escucharlo a él. (No, no es machismo, sólo elección). A Pablo Iglesias y sus penélopes les sobra tanto Errejón que el día menos pensado lo van a colgar al descuido en eBay. El asunto de quién figura en la tertulia ha montado un taco monumental, de esos que se rememoran años después con un "¿recordáis aquel día en que...?" y el más ágil de la reunión llama a Teletaxi. Por bochorno.
Se entiende así que Miguel Urban, de Podemos, haya hablado de elegir entre “abstenerse” o “taparse la nariz”. Algo muy parecido a lo que vivieron los votantes de Sanders: muchos se abstuvieron por el asco que les producía Hillary Clinton. Y así, por muy pocos votos, ganó Trump. La derecha siempre lo tiene claro: vota para que no gane la izquierda. La izquierda se enreda y acaba marcando en propia meta