Los emails de Podesta en Wikileaks fueron la mecha, que igual en ellos no hay nada, pero a partir de ahí se descubrió el Instagram de James Alefantis y entonces la cosa se pone interesante. Lo de las fotos de niños en el instagram del susodicho homosexual, que no tiene hijos, por no hablar de los textos; lo del tipo de arte que les gusta a los Podesta colgar en las paredes; el amigo que fabrica ataúdes de pequeño tamaño; lo de los logos en las pizzerías con simbología pedófila; lo de la kill room; lo de las catacumbas o túneles subterráneos y, finalmente, lo de James Alefantis amenazando de muerte al investigador por sacar a la luz que la kill room podría estar en el supuesto museo Pegaso, propiedad del mismo Alefantis... Y lo del servidor web de la pizzería vendiendo fotos y algo más... Yo no tengo dudas, la verdad, ahí hay una mafia de tres pares de cojones dedicada a la violación, tráfico, tortura y muerte de niños. Es más lógico pensar eso que no que todo son coincidencias sin ningún sentido, la verdad.