Los taurinos no disfrutan igual si no se tortura al toro. En algunas ocasiones se ha planteado esa “fiesta” sin dañar al animal, pero se niegan en redondo. Los aficionados a esa fiesta son perturbadoramente insensible a las atrocidades que ven en vivo y en directo. En una corrida no puede suceder nada bueno, el torero puede ser herido de forma gore por el animal, y en cualquier caso el toro siempre va a ser acribillado y desangelado por armas infames y después ejecutado. Es una actividad absolutamente inmoral que debería estar prohibida.