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Tiburcio
Recogido de una entrevista a Emmanuel Todd en el viejo topo, habla sobre el PIB y sobre como Rusia con la mitad de poblacion que USA y un PIB mucho menor forma un 30% mas de ingenieros que USA,

Muchos observadores señalan que Rusia tiene el PIB de España; ¿no sobrestima su poder económico y su capacidad de recuperación?

—La guerra se convierte en una prueba de economía política, es el gran detector. El PIB de Rusia y Bielorrusia representa el 3,3% del PIB occidental (EEUU, Anglosfera, Europa, Japón, Corea del Sur), prácticamente nada. Uno se pregunta cómo este insignificante PIB puede hacer frente y seguir produciendo misiles. La razón es que el PIB es una medida ficticia de la producción. Si restamos del PIB estadounidense la mitad de sus gastos sanitarios sobrefacturados, luego la «riqueza producida» por las actividades de sus abogados, luego por las cárceles más abarrotadas del mundo, luego por toda una economía de servicios mal definidos que incluye la «producción» de sus 15-20.000 economistas con un salario medio anual de 120.000 dólares, nos damos cuenta de que una gran parte de este PIB no es más que vapor de agua. La guerra nos devuelve a la economía real, permite comprender cuál es la riqueza real de las naciones, la capacidad productiva y, por tanto, la capacidad bélica. Si volvemos a las variables materiales, vemos la economía rusa. En 2014 pusimos en marcha las primeras sanciones importantes contra Rusia, pero desde entonces ha aumentado su producción de grano de 40 a 90 millones de toneladas en 2020. Mientras que, gracias al neoliberalismo, la producción de trigo estadounidense, entre 1980 y 2020, pasó de 80 a 40 millones de toneladas. Rusia también se ha convertido en el principal exportador de centrales nucleares. En 2007, los estadounidenses explicaron que su adversario estratégico se encontraba en tal estado de descomposición nuclear que pronto dispondría de una capacidad de primer ataque atómico sobre una Rusia que no podría responder. Hoy, los rusos están en superioridad nuclear con sus misiles hipersónicos.

Por tanto, Rusia tiene una auténtica capacidad de adaptación. Cuando uno quiere burlarse de las economías centralizadas, subraya su rigidez, mientras que cuando hace apología del capitalismo, presume de su flexibilidad. Bien. Para que una economía sea flexible, se necesita evidentemente el mercado de los mecanismos financieros y monetarios. Pero primero se necesita una población activa que pueda hacer cosas. Estados Unidos tiene ahora más del doble de población que Rusia (2,2 veces en grupos de edad de estudiantes). El hecho es que con cohortes comparables de jóvenes que cursan estudios superiores, en Estados Unidos el 7% estudia ingeniería, mientras que en Rusia es el 25%. Esto significa que con 2,2 veces menos personas estudiando, los rusos forman un 30% más de ingenieros. Estados Unidos llena el hueco con estudiantes extranjeros, pero éstos proceden principalmente de la India y aún más de China. Este recurso de sustitución no es seguro y ya está disminuyendo. Este es el dilema fundamental de la economía estadounidense: sólo puede hacer frente a la competencia de China importando mano de obra china cualificada. Propongo aquí el concepto de equilibrio económico. La economía rusa, por su parte, ha aceptado las reglas de funcionamiento del mercado (incluso es una obsesión para Putin preservarlas), pero con un enorme papel del Estado. Y también conserva su flexibilidad en la formación de ingenieros para realizar ajustes, tanto industriales como militares
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