Teniendo en cuenta que el dios de la trilogía es omnipresente y omnisciente, allá donde eches un clavo, estás haciendolo ante los ojos de dios, y aunque te consiguieses esconder (vease omnipresencia), lo sabría.

Nota: a la hora de cagar, pasa lo mismo: estés donde estés, te cagas en dios, y él lo sabe. Arrepentíos, pecadores, to er mundo al infien-no de cabesa, loko.