Los registros de la EPA (Encuesta de Población Activa) que elabora el INE (Instituto Nacional de Estadística) recogen cómo en el cuarto trimestre del año pasado, de octubre a diciembre, las empresas españolas imponían a sus trabajadores la realización de 2,89 millones de horas extra no remuneradas cada semana, con un aumento de 44.600 en un año que equivale a 1.115 empleos de jornada completa.
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha apostado este lunes por “dirigir la mirada” hacia el “tramo alto” de la recomendación de los expertos en las negociaciones sobre la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). La Comisión Asesora adscrita al Ministerio de Trabajo propuso varios escenarios para el alza de este indicador y la alternativa más elevada contemplaba una subida del 8,2%, es decir, 1.082 euros brutos mensuales en 14 pagas.
Los trabajadores eran obligados a trabajar doce horas diarias, de lunes a domingo, y percibían 1.068 euros mensuales. Además, a partir del verano pasado, debían firmar contratos de formación cada mes, al tiempo que eran aleccionados para dar otra filiación si la Inspección de Trabajo u otra persona preguntaba por ellos. Los tres investigados por su responsabilidad en estos hechos fueron detenidos el pasado 12 de enero y se encuentran ahora a la espera de juicio.
El 19 de enero, más de dos millones de trabajadoras, trabajadores y jóvenes de todo el país fueron a la huelga y/o se manifestaron, en los sectores público y privado, contra la reforma de las pensiones de este gobierno. Esta reforma es inaceptable y va en contra de los intereses de la población. No se equivoca, pues incluso antes de salir a la calle, más de 600.000 personas han firmado ya la petición intersindical.
La dinámica de trabajo en este tipo de compañías nunca ha sido un secreto, pero no ha sido hasta ahora cuando desde el Gobierno han decidido intervenir para investigar las irregularidades en materia de horas extras que hayan podido cometer. Las jornadas maratonianas, que pueden llegar a tener picos de 80 horas semanales, y el exceso de trabajo forman parte de la cultura de trabajo en este tipo de empresas consideradas como un símbolo de la élite empresarial.
Díaz aseguró, además, que no era posible tener la misma jornada laboral “que hace un siglo”, según comunicó The Huffington Post. Estas palabras refuerzan la posición de quienes defienden el establecimiento de la semana laboral de 4 días sin perjuicio salarial, la cual, por otro lado, ya se está probando en varios países europeos.