Los ayuntamientos de las ciudades de Segovia y Sevilla coinciden en una cosa: la poca estabilidad de su gobierno del PP en minoría, que ha propiciado finalmente un acuerdo con la extrema derecha, con quien compartirán gobierno a partir de este verano. Al menos esto dice VOX en el caso de la ciudad andaluza, pero no confirma todavía el PP andaluz, feudo del presidente Juan Manuel Moreno.

En el caso de la ciudad hispalense; su alcalde, José Luis Sanz, consiguió ciertos apoyos de la izquierda, con buenos augurios de futuro, pero lo ocurrido con el anuncio del fallido vallado de la Plaza de España y, sobre todo, con el regalo, en forma de comilona, de la constructora Sacyr a los 300 empleados de la Gerencia de Urbanismo, han roto puentes y el Partido Socialista, a cuyo frente está el exalcalde Antonio Muñoz, ya ha dicho basta y ha empezado a mostrar su versión más crítica. Sobre todo cuando la Fiscalía, a instancia de dos particulares, ha solicitado al juez que acuse a los gerentes de Urbanismo y de Sacyr de un presunto delito de cohecho.

Todo ello con un teniente de alcalde delegado de Urbanismo, Juan de la Rosa, calificando el festín de “estrategia de motivación” y quitando toda importancia al hecho. Total, ocupar el claustro del antiguo Convento de Santa Clara y ofrecer un ágape navideño de este calibre (50 platos y 1 hora de barra libre) está a la altura de cualquiera y Sacyr no obtiene beneficio directo alguno. No es para ponerse así hombre. Esto le puede pasar a cualquiera y a nadie le amarga un dulce.

Por cierto, que esta constructora tiene el contrato de mantenimiento del conjunto de “Las Setas” en la céntrica plaza de la Encarnación y, además, su filial Sacyr Social tiene otro contrato millonario, por dos años, del servicio municipal de Ayuda a Domicilio, prorrogable por otros dos.

Detalles que conviene tener en cuenta para entender una cuestión que el propio alcalde no ha corregido, a pesar de que su concejal señaló que se trataba de actos que se habían producido otros años, con la gestión socialista, lo que negaron tanto PSOE como CCOO; aunque la mejor forma de resolverlo sería que el señor De la Rosa presentara los contratos de años anteriores, cosa que no ha hecho. Además, se solicitó la comparecencia ante el Pleno, que no comisión de investigación, del edil, que fue interceptada y enterrada por PP y VOX, de modo que el Ayuntamiento no ha dado explicaciones públicas.

Resulta, además, curioso, que la fase judicial de este acto navideño, muy natural para los populares sevillanos y sin motivo alguno para el escándalo, la hayan puesto en marcha dos ciudadanos particulares, cada uno siguiendo su propia vía y unidos por la Fiscalía, ya que ninguna fuerza política se atrevió a judicializar la cuestión; incluido el PSOE, que ahora anuncia que se personará en el procedimiento en el caso de que el juez lo admita; cosa bastante probable, viniendo de donde viene.

Este tema, por lo tanto, antecede al probable abrazo del alcalde Sanz a la extrema derecha, que pronto podría tomar decisiones importantes para todos los sevillanos, con un PSOE convencido del camino de la ruptura y la confrontación política. Y aún no ha pasado un año de las últimas Elecciones Municipales.

Lo más curioso de esta comilona, celebrada en un lugar muy desconocido por la mayor parte de los sevillanos, es que se programó, a primera hora de la tarde, una visita cultural al claustro, para completar la jornada; pero nadie se presentó y los guías se quedaron esperando. Seguramente, la hora completa de barra libre contribuyó a que los 300 trabajadores agasajados por Sacyr dejasen para otro momento tan interesante visita cultural. El alcalde, José Luis Sanz, prometió ir a brindar por el nuevo año, pero la socorrida excusa de “cuestiones de agenda” lo impidió.