El Partido Popular no tiene intención alguna de rebajar el nivel de crispación actual. Lejos de hacer un llamamiento a la calma y a la convivencia, los populares no han tardado en usar el periodo de reflexión de Pedro Sánchez como un arma política, acusando al presidente del Gobierno de esconderse y no asumir responsabilidades, y al PSOE de dejar a España sin timonel. 

Sin embargo, las redes no han tardado en alertar sobre la hipocresía del PP (encabezada por Alberto Núñez Feijóo y por Isabel Díaz Ayuso), recordando el célebre atrincheramiento que protagonizó Mariano Rajoy en 2018 con motivo de la moción de censura, que, posteriormente, acabaría suponiendo la salida del gallego de La Moncloa y la llegada de Sánchez.

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El encierro de Rajoy y la naturaleza cíclica de la política

En la memoria política reciente de España, pocos momentos han sido tan simbólicamente potentes como el encierro de Mariano Rajoy en La Moncloa. Aquel episodio, que tuvo lugar en mayo de 2018, marcó un antes y un después en la política española. Rajoy, enfrentado a una moción de censura presentada por el PSOE, optó por la reclusión y la cancelación de su agenda, una decisión que muchos interpretaron como un signo de debilidad o de negación ante la inevitable marea de cambio.

Durante esos días de incertidumbre, los pasillos de La Moncloa resonaron con un silencio inusual. La ausencia de Rajoy de la esfera pública fue notable, y su estrategia de aislamiento generó una ola de especulaciones y críticas. En el exterior, la vida política continuaba su curso frenético, pero dentro de las paredes del palacio, el tiempo parecía haberse detenido.

La discusión en línea ha puesto de relieve la naturaleza cíclica de la política, donde los actos de ayer pueden ser utilizados para defender o atacar las decisiones de hoy. En este caso, el episodio de Rajoy se ha convertido en un espejo para la situación actual, ofreciendo una perspectiva sobre cómo los líderes políticos manejan los momentos de crisis y la presión pública.

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Más de 12.500 personas se reúnen en Ferraz

Unas 12.500 personas se concentraron ante la sede del PSOE en Ferraz, según la Delegación del Gobierno. El momento álgido se produjo poco después del mediodía, cuando los ministros socialistas del Gobierno y otros dirigentes del PSOE salieron a la calle Ferraz tras el Comité Federal para unirse al apoyo de los militantes y simpatizantes al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, entre aplausos y gestos de agradecimiento que compartieron con los asistentes.

"Vamos a la calle con ellos", propuso Cerdán en el abrupto final del cónclave de los socialistas --finalizó antes de lo previsto-- a sus compañeros de partido, quienes se pusieron en seguida en marcha en dirección a la calle. Ya en la vía pública, la Ejecutiva del PSOE se unió a la militancia al grito de "Pedro se queda".

Entre los dirigentes socialistas, se encontraban figuras como el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, o la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, a la que se vio visiblemente emocionada mientras repartía abrazos y mensajes de ánimo a la militancia.

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