Comer pescado en lugar de carne roja podría salvar hasta 750 000 vidas al año

Según la investigación, si todos sustituyéramos la carne roja por pescado de presa a nivel mundial, se podrían salvar entre 500 000 y 750 000 vidas al año para el año 2050. Esto destaca el impacto significativo que un cambio en los hábitos alimenticios podría tener en la salud global.

Hubo un tiempo, no tan lejano, en el que uno se sentía cómodo comiendo una albóndiga o incluso un filete. Ahora las cosas son distintas. Incluso si no te preocupa el impacto ambiental de la carne, la dejarás de lado porque no es saludable. Y con razón, según demuestra una nueva investigación. Si cambiáramos la carne roja por el pescado, podríamos salvar 750 000 vidas al año.

En concreto, se trata de pequeños peces de presa, como sardinas, anchoas y arenques. Según los investigadores, el cambio sería una buena idea, sobre todo para los países no ricos, ya que estos pescados son baratos y omnipresentes y, además, la mortalidad por enfermedades cardiovasculares sigue siendo muy alta en ellos.

Comer carne roja y procesada aumenta sobre todo el riesgo de cáncer de colon y enfermedades cardiovasculares, mientras que el pescado es saludable. Los peces que analizaron los científicos son ricas en omega-3, calcio y vitamina B12. Además, tienen la menor huella ecológica de todos los alimentos de origen animal.

Así que son un tentempié ideal y sabroso. Sin embargo, en la actualidad, tres cuartas partes de estos peces son destinados a piensos y aceite de pescado, principalmente en la pesca industrial de los países ricos. Mientras tanto, en países menos desarrollados, e incluso con poblaciones hambrientas, a menudo se pescan directamente del mar para el consumo local.

El estudio compara a 137 países 

Y si todos sustituyéramos también toda esa carne roja por este tipo de pescado, se podrían salvar cientos de miles de vidas. Así lo demuestran los cuatro escenarios diferentes que elaboraron los investigadores, cada uno con una pauta distinta de hasta qué punto se sustituiría la carne por pescado en todo el mundo. Para ello, se comparó el consumo de carne roja previsto para 2050 en 137 países con los datos sobre capturas de pescado.

Si se sustituyera la carne roja por pescado de presa en todo el mundo, el número de personas con enfermedades cardiovasculares descendería considerablemente. A nivel mundial, podría salvar entre 500 000 y 750 000 vidas al año, de aquí a 2050. También podría evitar que se pasaran entre 8 y 15 millones de años de vida con mala salud, principalmente en países de ingresos bajos y medios.

Por desgracia, los investigadores reconocen que no hay suficiente pescado de presa para sustituir a toda la carne roja, pero podría acercar el consumo diario por persona a las 40 kilocalorías recomendadas en la mayoría de los países y reducir en un 2 % las muertes por enfermedades cardiovasculares, ictus, diabetes y cáncer de colon de aquí a 2050. Para conseguir el mayor efecto, es mejor llevar todo el pescado posible a los países donde el consumo de pescado es más bajo, es decir, sobre todo a los países más pobres.

Pero eso aún no es tan fácil. “A pesar del potencial teórico de los peces, hay varios obstáculos, como la producción de piensos para peces, el cambio climático, la sobrepesca y la aceptación cultural, que impiden aprovechar los beneficios para la salud de los peces”, se hace eco.

A los investigadores se les ocurren todo tipo de ideas para seguir comercializando el pescado. Por ejemplo, habría que promocionar más las algas como alimento para peces y facilitar el acceso de los más pobres a los peces. También debería haber campañas para explicar la relación entre las enfermedades y los hábitos alimentarios. Por último, sugieren poner etiquetas de impacto climático en los alimentos para mostrar que el pescado es una mejor opción que la carne roja también en este ámbito.

¿Y qué hay de los metales pesados en el pescado?

Puede que ahora esté pensando: cambiemos la carne por el pescado, pero no es tan sencillo. Los consejos del Centro de Nutrición han pasado recientemente de comer pescado dos veces por semana a una vez por semana. Más pescado no aportaría ningún beneficio adicional para la salud e incluso podría ser perjudicial debido a las grandes cantidades de PFAS y metales pesados (pensemos en el cadmio, el mercurio y el plomo). También recomiendan alternar las especies de pescado para evitar la acumulación de toxinas. Se puede comer salmón, trucha y solla todas las semanas, pero es mejor evitar otras especies. Mariscos como los mejillones y las gambas, en particular, pueden contener muchos metales pesados, al igual que peces depredadores como el atún, la anguila y la caballa. Así pues, los peces de presa son una mejor idea.
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