La escena comienza con una colonia, pero rápidamente se pasa a un plano donde una sola hormiga inicia una danza extraña. Camina desorientada, errática, con síntomas preocupantes. De repente, agarra un tallo con sus mandíbulas y no lo suelta. A lo lejos, otra hormiga avista la escena. Descubierta, rápidamente se la llevan y la arrojan lejos de la colonia. Parece extremo ,pero hay una razón de peso que vamos a ver en los próximos segundos. Como si fuera una escena sacada de la ciencia ficción, esa hormiga tiene un huésped que hará su aparición en breve.

Filmada en el año 2006, estamos ante una de las escenas más impactantes que jamás se hayan rodado en la historia de los documentales de naturaleza. BBC Earth (con Attenborough narrando la escalofriante secuencia), mostraba al mundo por primera vez de lo que era capaz un hongo parásito en el cuerpo de una criatura. Nunca antes habíamos sido partícipes de algo así, y fue tal la impresión, que de lo que vamos a ver salió un videojuego y luego una aclamada serie.

Veamos primero la escena y el relato de lo que ocurrió:

Como vemos, lo que le ocurre a la hormiga protagonista es que las esporas de un hongo parásito llamado cordyceps se han infiltrado en su cuerpo. De hecho, parece que su cerebro infectado dirige a la hormiga hacia arriba. Luego, completamente desorientada, agarra un tallo con sus mandíbulas y no lo suelta. Estas hormigas, cuando son descubiertas por otro miembro de la colonia, son rápidamente arrojadas y expulsadas del resto.

La escalofriante razón la vemos unos segundos después: el cuerpo fructífero del cordyceps brota de la cabeza de la hormiga. Un momento que dura segundos en pantalla, pero que en realidad puede tardar hasta tres semanas en crecer, y cuando las esporas mortales terminan de hacerlo, estallarán de su punta. A partir de entonces, cualquier hormiga que se encuentre cerca corre el grave riesgo de muerte. Es más, el hongo es tan virulento que puede acabar con colonias enteras de hormigas, y no sólo hormigas, de hecho. 

Tras la apoteósica escena de la “transformación”, vemos a otras criaturas a las que el hongo puede atacar con resultados similares. Como cuenta Attenborough, hay literalmente miles de tipos diferentes de hongos cordyceps y, sorprendentemente, cada uno se especializa en una sola especie.

La aterradora secuencia finaliza con una nota agradable: los ataques tienen un efecto positivo en la diversidad de la selva, ya que parásitos como estos impiden que cualquier grupo de animales tome la delantera. Cuanto más numerosa sea la especie, más probable será que sea atacada por su némesis.

En realidad, y aunque en el docu hablan todo el tiempo de cordyceps, muchos científicos explicaron posteriormente que para ser más exactos deberíamos hablar de Ophiocordyceps. La mayoría de las especies de parásitos Ophiocordyceps han evolucionado a lo largo de millones de años para especializarse en infectar únicamente especies de insectos, principalmente hormigas y avispas (sí, que pueda saltar de un insecto a los humanos es un salto demasiado grande). 

Sea como fuere, el ciclo de vida de Ophiocordyceps es espantoso pero fascinante. Las hormigas que entran en contacto con las esporas de Ophiocordyceps en el suelo de la jungla se infectan. El hongo se desliza dentro del cuerpo de la hormiga y comienza a replicarse. Se fija en regiones particulares, como el cerebro y los músculos, y libera compuestos químicos para manipular el comportamiento de la hormiga. La hormiga se dirige a la parte inferior de una hoja, muy por encima del suelo, y la muerde. Su mandíbula se bloquea alrededor de la hoja gracias a algunos compuestos fúngicos y permanece allí hasta que el cuerpo fructífero brota de su cabeza. Finalmente, se abre de golpe y libera más esporas al suelo.

El proceso es muy específico. Una especie de Ophiocordyceps normalmente infecta y zombifica sólo una especie de hormiga. Esta especificidad se extiende a la forma en que el hongo se apodera de la mente de su huésped. De hecho, un paper de 2014 exploró la relación hormiga-hongo y descubrió que Ophiocordyceps había desarrollado un conjunto particular de compuestos para influir en el comportamiento de una especie de hormiga, aunque esos mismos compuestos no alteraban el comportamiento de diferentes especies de hormigas (y el hongo a menudo mata esas hormigas).

Contaba la BBC años después, que aquella secuencia fue histórica porque nunca antes se había podido grabar un time lapse de semejante proceso. El extraño y rápido crecimiento de los parásitos fúngicos se mostraba gracias a un trabajo de meses. Al parecer, se tomaron fotografías digitales de la cabeza de la hormiga a intervalos en tres semanas, y las imágenes resultantes se unieron en ordenador para crear una secuencia perfecta. Además, los planos de seguimiento sobre un cabezal giratorio permitieron el movimiento alrededor del sujeto para añadir dramatismo.

Por último, aquella escena no solo impactó a millones de espectadores (el vídeo de la cuenta oficial de la BBC lleva casi 12 millones de visitas), también llevó a la creación de toda una historia de zombis conocida por todos. La escena de Planet Earth inspiró a Bruce Straley y Neil Druckmann, director y director creativo respectivamente, para el título The Last of Us de 2013. En una entrevista para GamesBeat tras el lanzamiento del juego, Druckmann menciona el documental y Straley cuenta que las hormigas zombies fueron el “punto de partida” para el juego (que posteriormente desembocó en una serie de HBO).