Nuevo fallo técnico

La Royal Navy, suma y sigue: una avería del portaaviones Queen Elizabeth provoca un estropicio a la OTAN

El buque insignia de la Royal Navy tenía previsto participar en las mayores maniobras de la Alianza Atlántica, pero un problema con el eje de la hélice lo ha dejado varado

El portaaviones HMS Queen Elizabeth británico
El portaaviones HMS Queen Elizabeth británicoLa Razón

"Un revés vergonzoso". Así define el periódico británico The Times la avería que ha sufrido el portaaviones HMS Queen Elizabeth y que le ha impedido participar a última hora en las mayores maniobras que celebra la OTAN desde la Guerra Fría, en las que intervendrán 40 buques de varios países y miles de soldados en los ejercicios Steadfast Defender que tendrán lugar en la costa ártica de Noruega en marzo. Según el Ministerio de Defensa, se ha detectado un "problema" con un eje de hélice por lo que el buque insignia de la armada británica no pudo zarpar el domingo tal y como estaba previsto.

El Queen Elizabeth desplaza sus 65.000 toneladas con dos hélices que pesan 33 toneladas cada una y son accionadas por dos turbinas de gas Rolls Royce de 36MW y dos motores diésel de 11,6MW, lo que genera suficiente energía como para hacer funcionar 1.000 vehículos familiares.

Esta avería se produce justo un año y medio después de que el otro portaaviones de la Royal Navy, el HMS Prince of Wales, sufriera también un fallo con un acoplamiento en su hélice de estribor justo cuando se disponía a zarpar a Estados Unidos. El portaaviones se detuvo frente a la Isla de Wight y fue remolcado de regreso al puerto para identificar el problema. La reparación costó más de 20 millones de euros y puso en un serio aprieto a los jefes de la Marina de guerra inglesa ya que dicho portaaviones es uno de los más nuevos y avanzados del mundo.

Una opción que están barajando las autoridades es sustituir al Queen Elizabeth por el Prince of Wales, preparado para participar en las maniobras, pero según cuenta el citado periódico transferir las piezas de ingeniería, alimentos y otras provisiones de un barco a otro podría llevar alrededor de una semana. Eso por un lado. Desde el lado militar, aún no se sabe si el Prince of Wales podría tener disponibles los aviones de combate F-35 que necesita.

"El fallo del barco es una humillación para la Royal Navy, ya que estaba destinado a ser la pieza central del ejercicio de la OTAN", asegura The Times en su artículo en el que da los detalles de la misión. El HMS Queen Elizabeth tenía previsto, además, desviarse en algún momento hacia el Mar Rojo para reemplazar al portaaviones estadounidense USS Eisenhower en la región para combatir los ataques de los rebeldes yemeníes hutíes contra los barcos occidentales que pasan por la zona. No está claro aún si el HMS Prince of Wales también asumiría este papel. Tom Sharpe, ex comandante de la Armada, descartó que el segundo portaaviones británico pueda ir al Mar Rojo. “Eso está descartado por un tiempo”, matizó.

La avería del Queen Elizabeth llega en un mal momento de la Marina de guerra británica, con problemas de reclutamiento y falta de personal y dinero.

El HMS Queen Elizabeth, que tiene su base en Portsmouth, lidera el Grupo de Combate 21 de Reino Unido y se había convertido en el orgullo nacional, un símbolo de la “Gran Bretaña global” y del poder diplomático y comercial del paí. Es el buque más grande jamás construido para la Royal Navy y cuenta con cinco gimnasios, una capilla y un centro médico. Desplaza 65.000 toneladas y presenta una eslora de 280 metros y una manga de 73 metros, espacio suficiente para tres campos de fútbol. Es capaz de transportar hasta 1.600 efectivos y 40 aeronaves, pudiendo alcanzar una velocidad máxima de 25 nudos (46km/h) y una autonomía de 10.000 millas náuticas, unos 19.000 kilómetros.

En qué consiste la avería y cómo afecta a España

Un portavoz del Ministerio de Defensa dijo que "el problema identificado está relacionado con los acoplamientos de eje del barco. Los ejes de las hélices de los barcos son demasiado grandes para estar hechos de una sola pieza de metal, por lo que cada eje está hecho de tres secciones, que están conectadas mediante acoplamientos de eje, que unen las secciones del eje”.

El HMS Queen Elizabeth iba a liderar un grupo de ataque de portaaviones compuesto por ocho buques (cuatro de ellos británicos, incluida la fragata HMS Somerset y dos petroleros clase Tide de la Royal Fleet Auxiliary) apoyados por buques estadounidenses, españoles y daneses.