La búsqueda de Yassine y Alejandro encara su quinto día: «La zona, llena de cuevas y corrientes, y la falta de testigos complican el rastreo»

Los equipos de rescate establecen que los jóvenes pescaban en una «explanada muy pequeña», entre La Hondura y Roque Cenicientos, caracterizada por la complejidad del terreno que se esconde bajo el mar

La familia de uno de los menores desaparecidos en El Confital mantiene "la esperanza para cerrar el duelo"

Agente del GEAS de la Guardia Civil, este martes, antes de sumergirse en El Confital

Agente del GEAS de la Guardia Civil, este martes, antes de sumergirse en El Confital

Desde las alturas del faro de La Isleta, los servicios de emergencias volverán a coordinar este miércoles, por quinto día consecutivo, el dispositivo de búsqueda de Yassine y Alejandro, los menores desaparecidos el viernes cuando pescaban en El Confital. Las instalaciones militares se han convertido en la ‘zona cero’ de los policías, bomberos y guardias civiles que controlan todo lo que sucede a sus pies, en el terreno volcánico, y en el horizonte, en el mar (ahora, al fin, en calma) de la costa de Las Coloradas. 

Hay pantallas para ver, en tiempo real, lo que retransmiten los drones que sobrevuelan La Isleta, dispositivos electrónicos para estar, permanentemente, en contacto con los agentes que peinan el mar; mapas, y una pizarra en la que se van detallando las zonas rastreadas, por segmentos, y se dibujan las corrientes y el orientación del viento. Pero el rastreo no es sencillo. Dos factores, sobre todo, lo complican: la falta de testigos y las múltiples cuevas que el mar oculta en el punto exacto donde los jóvenes se situaron.

La coordinación es, desde el viernes, total. Y, aunque el tiempo ha mejorado y este martes permitió, por fin, a los buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) sumergirse en las aguas, no hay respuestas. Todos los integrantes del dispositivo miran el reloj, para saber las horas que han pasado desde que Alejandro y Yassine (según todo apunta) cayeron al mar y cuentan los días sin noticias. No hay rastro de los jóvenes por tierra, por mar ni por aire. Esperan que este miércoles la situación cambie.

Por eso, el faro de La Isleta volverá a activarse, al amanecer, para acoger el operativo. El mar volverá a estar controlado por los agentes del GEAS, una patrullera del Servicio Marítimo Provincial, un helicóptero, patrullas móviles y agentes con presencia permanente en el puesto de mando avanzado. Esto por parte de la Guardia Civil, ‘responsables’ de las aguas.

Los agentes trabajan «hasta agotar todos los recursos humanos y logísticos», centrados sobre todo en la zona entre Roque Ceniciento y La Hondura, donde más probable creen (por las corrientes, la orografía y el viento, entre otras cuestiones analizadas) que pueden obtener indicios de los dos adolescentes. 

Pero el cansancio pesa (ninguno de los miembros lo oculta) y el terreno no facilita las tareas. «No tenemos pistas», dicen con pesar desde el operativo. «Se han realizado varias inmersiones en la zona de búsqueda y todavía no se ha detectado nada. El mar está tranquilo, pero no hay manera de localizar una pista», añaden con tristeza.

La previsión es que, al menos hasta el viernes, el operativo permanezca. «A partir de ese momento, empezaremos a valorar qué hacer el fin de semana. Podríamos extenderlo», continúan las fuentes consultadas. Este miércoles, desde allí, harán volar de nuevo los drones de Policía Local y Bomberos. En cuanto a la Policía Nacional, estarán presentes el Grupo de Homicidios, como responsables del operativo al haberse denunciado la desaparición ante el Cuerpo Nacional, y medios aéreos con drones.

En el puesto de mando

La familia de Alejandro (la de Yassine rechazó la invitación) accedió, ayer, por primera vez al puesto de mando para ver el despliegue y cómo se ejecutan las albores, los sectores de búsqueda establecidos y la organización de los efectivos. 

Se les mostró también la zona en la que, todo indica, que pudieron caer: una pequeña explanada, «muy pequeña», entre La Hondura y el Roque Cenicientos. Allí se hallaron sus pertenencias y se les pierde la pista. 

«Es una de las zonas más complicadas, por no decir la que más», aseveran para desgracia de todos los que conforman el operativo: «Debajo de la explanada donde estaban hay como unas cuevas, unos entrantes con corrientes muy fuertes».

Otro punto complica el dispositivo y la opción de despejar las incógnitas: la falta de testigos. «Sucedió en las primeras horas de la mañana, es lo único que tenemos claro. La dificultad está en que se trata de una zona no transitada. Estaban solos». Pero un día más, acudirán al faro con la esperanza de hallar una pista sobre Yassine y Alejandro.