VIVIENDA

Ocho de cada diez viviendas no se podrán vender ni alquilar a partir de 2030

No reúnen los requisitos de eficiencia energética que exige Europa y tendrán que rehabilitarse para obtener el certificado exigido.

Vistas aéreas de Zaragoza desde la plaza de Santo Domingo.
Vistas aéreas de Zaragoza.
José Miguel Marco

El parque de vivienda en España está muy envejecido. La edad media del parque de vivienda usada es de 43,5 años, de acuerdo con los datos de la Federación Nacional de Asociaciones Inmobiliarias (FAI), lo que significa que millones de viviendas tienen un gran déficit en accesibilidad, confort y eficiencia energética. De hecho el 90% de las viviendas tienen más de 18 años y esta cifra se incrementa año a año debido al frenazo en la construcción de nuevas viviendas.

Según Andimac, la asociación que representa a la distribución profesional de materiales para la edificación y rehabilitación, el 83% no cumplen con los requisitos mínimos de eficiencia energética que Europa ha impuesto para poder vender o alquilar una vivienda a partir de 2030. Una directiva europea aprobada durante la presidencia española (que debe trasponerse en un plazo de dos años) exige que en ese año las viviendas tengan como mínimo la calificación energética E para poder alquilarse o venderse y tres años más tarde se les exigirá la letra D. Actualmente ocho de cada diez viviendas tienen la calificación F o G, según Andimac.

Eso significa que en los próximos años, centenares de miles de viviendas deberán acometer obras de rehabilitación y reforma que mejoren su eficiencia energética. O no podrán alquilarse ni venderse. Y ya no solo para cumplir con la normativa europea. La última Encuesta de Condiciones de Vida que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) demuestra que uno de cada cinco hogares no puede mantener una temperatura adecuada. Es la cifra más alta desde 2004, año en que empezó a elaborarse la serie. En solo cuatro años, el número de hogares sin calefacción decente ha pasado del 7,6% en 2019 al 20,7% en 2023.

Pero la rehabilitación no va al ritmo deseado. Los visados concedidos el año pasado -según los datos de los arquitectos técnicos que publica el ministerio- no llegan ni a la mitad del objetivo que se había marcado Vivienda: 22.000 visados en 2023 (estimados, hasta noviembre eran 20.511) frente a un objetivo de 40.000 y un 8,5% menos que en 2022. En los últimos tres años la realidad se ha quedado lejos de lo prometido a Europa: casi la mitad de lo marcado por Vivienda y menos de un tercio de lo que ambicionaba el Ministerio para la Transición Ecológica.

¿La razón? El colapso en la gestión de los fondos europeos para rehabilitación. Según el secretario general de Andimac, Sebastián Molinero, "hay una parálisis absoluta" con decenas de miles de proyectos de rehabilitación ligados a fondos Next Generation que las comunidades autónomas tienen todavía en fase de estudio y no se han desbloqueado. Estamos hablando de solicitudes que se presentaron en 2022 y que aún no están aprobadas. "Para cumplir los objetivos se van a necesitar las ayudas", señala Molinero, que subraya que el dinero para rehabilitar viviendas es "una inversión porque evita que el patrimonio inmobiliario de los ciudadanos pierda valor".

El parque total de viviendas supera los 26,8 millones. El objetivo comprometido con Europa es que se rehabiliten más de siete millones de viviendas hasta 2050, que dentro de cuatro años se estén rehabilitando 200.000 viviendas anuales (lo que supondría multiplicar casi por diez el nivel actual) y que en 2030 se alcance un ritmo de 300.000 viviendas rehabilitadas al año.

Ocho millones de viviendas van a cumplir entre 65 y 90 años en la próxima década, son las que se construyeron entre 1940 y 1970, sobre todo en la época del desarrollismo español. Y los edificios son como el cuerpo humano: envejecen. El metal, el hormigón,,, no se mantienen inalterables. Desde la patronal de la reforma avisan: "El envejecimiento puede generar problemas en la próxima década y la obsolescencia de los edificios erosionará el ahorro de los hogares". En España, lamenta Molinero, no existe cultura preventiva de rehabilitación.

Letras E y D

Nunca ha habido tanto dinero público para mejorar las viviendas ni tanta demanda, pendiente de que se canalicen y ejecuten todos los fondos europeos. Mientras, si va a comprar una casa fíjese bien en la letra del certificado energético. Porque saltar de una G a una D conlleva una inversión no menor, que puede ir desde cambiar las ventanas, instalar otra caldera o rehabilitar la fachada.

También puede pedir, además del Informe de Evaluación del Edificio (antes conocido como ITE), el Libro del Edificio, que incluye la hoja de ruta de qué actuaciones habría que realizar. Muchos propietarios de edificios ya con cierta antigüedad temen oír en cada junta de vecinos la palabra maldita: derrama.

Actualmente, en España se construyen al año menos de la mitad de viviendas que los hogares que se crean. El balance lleva siendo negativo más de una década, cuando tras el boom inmobiliario que llevó a que en 2008 se construyeran 200.000 viviendas más de las necesarias llegó la crisis al sector y se hundió la promoción de viviendas.

Ahora se construyen entre 100.000 y 150.000 viviendas menos al año que los hogares que se crean, por lo que hay un déficit de nueva vivienda que no solo encarece los precios al haber poca oferta sino que no permite rejuvenecer el parque de vivienda.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión