Un satélite de más de dos toneladas caerá hoy de forma descontrolada a la Tierra

El satélite europeo ERS-2, de unos 2.294 kilos de peso, lleva inactivo desde 2011. La nave hará su reentrada en la atmósfera este miércoles "de manera natural" y algunos fragmentos podrían llegar a la superficie de la Tierra, pero "muy probablemente" caerán al océano.
El satélite europeo ERS-2.
El satélite europeo ERS-2.
ESA
El satélite europeo ERS-2.

El satélite europeo Heritage ERS-2 entrará este miércoles de forma “natural” en la atmósfera terrestre para desintegrarse tras finalizar su vida útil, según la Agencia Espacial Europea (ESA), que está llevando a cabo el seguimiento de la degradación orbital de esta nave.

Lanzado en 1995, ERS-2 jugó un papel crucial en la monitorización medioambiental global, desde masas de tierra hasta las regiones polares, gracias a sus avanzados sensores. Ahora, tras unos trece años inactivo, el satélite dará su adiós definitivo al entrar en la atmósfera terrestre a las 16:41 hora peninsular de España de este miércoles, según los últimos datos proporcionados por la Oficina de Desechos Espaciales de la ESA a las 12:30 horas de esta mañana.

La incertidumbre en esta predicción es de +/- 1,44 horas. Esta incertidumbre se debe principalmente a la influencia de una actividad solar impredecible, que afecta a la densidad de la atmósfera terrestre y, por lo tanto, a la resistencia que experimenta el satélite.

A la hora prevista actual de reingreso, ERS-2 estará ubicado aproximadamente a 80 kilómetros sobre el marcador rojo, denominado COIW —siglas en inglés de ‘centro de la ventana de impacto’—:

Esta es la última 'pista terrestre' disponible del satélite ERS-2.
Esta es la última 'pista terrestre' disponible del satélite ERS-2.
ESA

El canal de YouTube ‘The Launch Pad’ está compartiendo una retransmisión en directo con el seguimiento del recorrido del satélite, del que se calcula que tiene el tamaño de un autobús escolar. Se trata de una información no oficial, pero nos puede ayudar a hacernos una idea de la trayectoria que lleva ERS-2 y adivinar un posible lugar de reentrada en la Tierra.

Las últimas imágenes de ERS-2

HEO Robotics, un portal que monitoriza satélites y desechos espaciales a través de imágenes no terrestres, ha compartido las últimas fotos del ERS-2, ya ‘muerto’ y poco a poco cayendo hacia la atmósfera terrestre.

Aunque parece la sombra de la nave espacial de combate de Darth Vader, en realidad lo que vemos es el satélite europeo de dos toneladas:

Imágenes del satélite ERS-2 de la ESA mientras cae hacia la atmósfera de la Tierra el 14 de febrero de 2024.
Imágenes del satélite ERS-2 de la ESA mientras cae hacia la atmósfera de la Tierra el 14 de febrero de 2024.
HEO Robotics

Las imágenes tomadas por otros satélites controlados por HEO Robotics muestran al ERS-2 mientras gira en su viaje de regreso a la Tierra. 

La ESA ha informado de que “existe una buena (y probablemente última) oportunidad de ver el ERS-2 desde Europa central alrededor de las 18:30 CET de esta tarde. Exactamente dónde y cuándo será visible el satélite depende de su ubicación y de la cobertura de nubes”, decía la agencia en su perfil de X —antes Twitter—.

Un observatorio puntero hace 30 años

ERS-2 fue el satélite de observación de la Tierra más sofisticado de su época: se lanzó en 1995 y funcionó con éxito durante 16 años, trece más de los previstos inicialmente. Reunió datos sobre la Tierra, los océanos y los casquetes polares y ayudó a monitorizar los impactos de los desastres naturales, desde inundaciones hasta terremotos.

Su misión finalizó en 2011. Durante un lapso de dos meses ese año, la ESA realizó hasta un total de 66 maniobras de desorbitación para comenzar a traer ERS-2 hacia la Tierra y que finalmente desapareciera de forma “natural” en nuestra atmósfera durante los siguientes 15 años. 

Ese momento ha llegado y la ESA espera que este miércoles, 21 de febrero de 2024, ERS-2 se despida definitivamente y se rompa en fragmentos más pequeños a los 80 kilómetros sobre la Tierra, la gran mayoría de los cuales se quemarán en la atmósfera. Algunos podrían llegar a la superficie, pero se espera que caigan al océano. “Ninguno de estos fragmentos contendrá sustancias tóxicas o radiactivas”, escribió la ESA.

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