La accidentalidad laboral es una lacra instalada en el mercado de trabajo español que cada año se lleva por delante la vida de cientos de trabajadores. Este miércoles, el Ministerio de Trabajo y Economía Social ha adelantado que en 2023 el número de trabajadores fallecidos ascendió hasta los 721, 581 de ellos en jornada y 140 in itinere -desplazamiento del trabajo a casa o viceversa-. Si bien la cifra es inferior a los 826 fallecimientos producidos durante 2022, el total sigue desprendiendo la muerte de dos trabajadores diarios

La cifra de accidentes de trabajo que causaron baja durante el pasado año asciende hasta los 624.911, lo que significa, pese a la reducción interanual, que cada día 1.712 trabajadores se accidentan mientras desarrollan su actividad laboral o se desplazan entre el centro de trabajo y su hogar. Del total, 539.584 se produjeron en jornada, por debajo de 2022, y 85.327 in itinere, por encima. Además, entre tantos, 4.706 tuvieron consecuencias graves para las víctimas, lo que desprende un resultado diario de casi trece accidentes de esta índole.

Industria y Construcción, los sectores más golpeados

No existe ninguna actividad económica en la que los trabajadores se libren de sufrir accidentes laborales; sin embargo, existen sectores concretos donde las cifras se disparan. La Industria manufacturera es el que más accidentes con baja registró en 2023 (95.273), seguida de la Construcción (83.966) y el Comercio y reparación de vehículos (70.726). Las tres actividades registran más accidentes que en 2022 y es la Construcción la que sufre más la mortalidad, con 131 trabajadores muertos, seguida del Transporte y Almacenamiento (112) y la Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca (72).

La mortalidad se reduce en casi todas las áreas económicas, a excepción de las Actividades sanitarias y de servicios sociales, las Industrias extractivas, el Suministro de Agua y saneamiento, las Empleadas del hogar, el Transporte y Almacenamiento y Otros Servicios. No obstante, atendiendo al groso de accidentes con baja, tan solo cuatro de las 21 actividades reducen sus valores: Actividades Sanitarias, inmobiliarias, y Administrativas y la Industria extractiva. Los sectores que menos accidentes presentaron fueron las Actividades de organización extraterritoriales (18) y el Suministro de energía eléctrica (376) que, además, son las únicas junto a las Inmobiliarias que no presentan muertes.

Andalucía, territorio más golpeado

Diferenciando entre los territorios del país existen también grandes diferencias, propiciadas principalmente por el tamaño de población y por las actividades económicas más desarrolladas. La que presenta peores datos es Andalucía, que es la comunidad autónoma que más accidentes en jornada con baja sufre (89.663) y que registra más trabajadores muertos (94). La segunda posición en ambos casos la ocupa Cataluña, con 89.583 y 79, respectivamente. Madrid es la tercera que más accidentes con baja en jornada registra (71.232) y empata con la Comunidad Valenciana en mortales (ambas 60).

No obstante, atendiendo al índice de incidencia, aquel que relaciona el número de accidentes sucedidos durante la realización de la jornada con el número medio de personas expuestas al riesgo, el orden cambia. Baleares es la que presenta un índice más negativo, con 4.172 accidentes por cada 100.000 trabajadores, seguida de Navarra (3.756,8) y La Rioja (3.457,2). Esta última es la que sufre un índice de mortalidad más alto, con 9,89 trabajadores muertos a causa de accidente laboral por cada 100.000. De cerca le sigue Melilla (8,34) y, y más lejos, Cantabria ocupa la tercera posición (4,96).

Gobierno, sindicatos y patronal abordar la prevención de riesgos

Las cifras son inasumibles e intolerables. Por ese motivo, y aunque tarde, los agentes sociales se han reunido para darle una vuelta a Ley de Prevención de Riesgos Laborales, que no está consiguiendo el objetivo para el que fue diseñada. La mesa de diálogo social está formada y en ella está presente, por parte del Gobierno, el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, los sindicatos y las organizaciones empresariales. Yolanda Díaz, titular de la cartera de Trabajo, se comprometió a su conformación en la presentación de la Estrategia de Seguridad y Salud en el Trabajo 2023-2027 y ahora toca a los contendientes cumplir con su mandato.

El Ejecutivo de coalición tiene claro la actual normativa en materia de prevención de riesgos laborales requiere una adecuación a las nuevas formas de trabajo con especial atención la prevención de nuevos riesgos asociados al uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) los riesgos psicosociales o la exposición a determinadas sustancias químicas perjudiciales para la salud. Además, también se pretende dotar de perspectiva de género a la prevención de riesgos laborales.

El abordaje de la problemática urge y, mientras las partes negocian las modificaciones en la normativa, dos trabajadores mueren diariamente y cientos de ellos sufren accidentes de gravedad. Sobre la mesa estará la integración de la edad y la diversidad generacional en la gestión preventiva. Además, se buscará reforzar la protección de las personas trabajadoras frente a los riesgos psicosociales. Independientemente del camino elegido, lo cierto es que es vital abordar la elevada cifra anual de trabajadores que mueren por el obligado desempeño de una actividad profesional que necesitan para sobrevivir.