La historia es la siguiente. En Guipúzcoa existe un colectivo juvenil, de nombre 'Zestoako Gazte Asanblada', que el pasado mes de febrero 'okupó' un edificio adosado a la iglesia del pueblo de Cestona (Zestoa en euskera) y que pertenece a la diócesis guipuzcoana.

Entonces, la diócesis guipuzcoana denunció los hechos, lo que no ha sentado nada bien al citado colectivo juvenil, que desde entonces se dedica a acosar a la iglesia en municipios cercanos, vandalizando sus edificios (con pintadas, cerrado con silicona, candados, etc).

El pasado 20 de enero, por ejemplo, se concentraron delante de la catedral del Buen Pastor de San Sebastián promoviendo la apostasía.

Y el último episodio de ese acoso tuvo lugar el pasado domingo 21 de enero, cuando siete individuos con los rostros tapados irrumpieron en la misa dominical en la iglesia de Zestoa, con pancartas con lemas totalmente agresivos contra la iglesia, como avariciosa (“diruzale”) y especuladora (“espekulatzaile”) y tirando dinero falso a lo largo del templo.

Curiosamente, el PNV emitió un comunicado defendiendo a la iglesia: “El PNV quiere solidarizarse con las personas que han sufrido estos comportamientos injustos. No vamos a tolerar este tipo de conductas”, recoge Noticias de Guipuzcoa.

Además, el PNV critica al alcalde Mikel Arregi, de EH Bildu, por no defender a la iglesia en este caso: “No se puede decir sí a una parte y dar la razón a la otra. Su actitud y la de EH Bildu da alas a los responsables de la ocupación”.

Vox también ha condenado los hechos: