Recupera su piso en Ferrol pero los okupas lo dejan destrozado: «Tengo claro que actuaron a mala fe y por venganza»

B. ANTÓN FERROL / LA VOZ

FERROL

Tres imágenes de la vivienda tras la marcha de los okupas
Tres imágenes de la vivienda tras la marcha de los okupas cedida

El propietario de la vivienda de Caranza cuyos ocupantes ilegales provocaron un escape de gas el martes denuncia el mal estado en el que se encontró la vivienda

20 ene 2024 . Actualizado a las 04:14 h.

Ha pasado toda la noche sin dormir y dice que se siente «triste» por la forma en la que ha llegado a su fin la ocupación ilegal de la vivienda en la que pasó su infancia y juventud. Los okupas que vivían desde hace más de un año en el piso —que está ubicado en la calle Pedro Carvajal del barrio de Caranza, en Ferrol, y entonces se encontraba deshabitado, pero en «perfectas condiciones»—, debían abandonar la vivienda este mismo jueves, por orden judicial. Pero el martes al mediodía, a dos días del desalojo, los usurpadores arrancaron un trozo de la tubería de gas del piso y provocaron un escape que movilizó a policías y bomberos y obligó a desalojar a los vecinos de todo el edificio. «Podía haber ocurrido una desgracia», dice todavía impactado por lo ocurrido uno de los cuatro dueños de la vivienda, que prefiere mantenerse en el anonimato. «No sé con qué intención lo hicieron, pero tengo claro que actuaron a mala fe y por venganza, porque se tenían que ir y porque saben que las tienen todas consigo y no les va a pasar nada», añade a continuación.

Según explica, la «pesadilla» comenzó en diciembre del 2022, cuando tuvo conocimiento de que la vivienda había sido okupada. Tras la presentación de la denuncia, el juzgado de instrucción número 3 de Ferrol se encargó del caso y el 9 de junio emitió una sentencia que obligaba a los okupas a pagar una multa de tres meses de duración, a cinco euros diarios, por un delito de usurpación leve y a abandonar la vivienda en el plazo de tres días. Los abogados de oficio que los representaban presentaron un recurso ante la Audiencia Provincial, pero la justicia se puso de lado de los dueños y dictaminó que la vivienda debía ser desalojada el 25 de enero.

«A mí me lo notificaron el día 16, y no sé cuándo se enteraron ellos, pero el jueves por la noche (el día 18) ya hubo un altercado y tuvo que ir la Policía Nacional porque tiraron muebles por la ventana y causaron desperfectos en el portal», relata el afectado.

A través de un mensaje

Cuenta que él ya se temía que dejarían la casa «destrozada», pero ni se le pasaba por la imaginación lo que ocurrió el martes, cuando al filo de las tres y media de la tarde recibió un mensaje que lo dejó de piedra. «Hay un problema en tu piso. Sale olor a gas de tu piso».

«Yo estaba en Santiago, pero vine enseguida y cuando llegué me encontré con un panorama desolador y bastante triste: tres dotaciones de bomberos, dos de la policía y todos los vecinos en la vía pública», rememora el dueño.

También explica que cuando llegaron los servicios de emergencias los okupas ya se habían marchado. Y que al filo de los 20.30 horas, una vez restablecido el servicio, pudo acceder por fin a la vivienda con permiso de la policía y los bomberos, ya que en teoría no podría entrar hasta este jueves, cuando debe ejecutarse la orden de desalojo. «No pude estar mucho tiempo, pero fue suficiente para comprobar que se llevaron toda la grifería y todas las manillas de las puertas, también un mueble de madera de castaño que era muy bueno y las persianas venecianas de las habitaciones. Además, faltaba una ventana, había puertas reventadas y también rompieron un bidé y un lavabo», explica.

Nada más salir de la vivienda, denunció los hechos en comisaría y este mismo jueves volverá al piso para asistir al lanzamiento del desahucio. Entonces tendrá más tiempo para calibrar el alcance de los daños, pero ya sabe que el piso ha quedado «destrozado». «Han ocasionado muchos daños... Y no solo materiales, sino también emocionales», dice tras haber pasado un año muy difícil, con numerosas visitas a la Policía Nacional y no pocos desvelos. «Ahora nos toca luchar para que paguen por los daños ocasionados y sé que no va a ser fácil», concluye.

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«Vamos a tomar todas las medidas para que esto no vuelva a suceder»

El copropietario de la vivienda de Caranza no sabe cómo entraron los okupas a la vivienda, pero ya piensa «en tomar todas las medidas necesarias para que esto no vuelva a ocurrir», como poner rejas en las ventanas o tapiarlas. «Lo que no puede ser es que tengan tanta impunidad y que la ley ampare a un malhechor», se lamenta tras haber tardado más de un año en recuperar su vivienda.

Algunos vecinos aseguran que los okupas ya han accedido a otro piso del barrio de Caranza de manera ilegal y así se lo han comunicado a la Policía Nacional.