No hay palmo de la costa catalana que quede libre de las operaciones de las mafias marroquíes que quieren entrar hachís a nuestra casa. Este martes 23 de enero, de noche, los Mossos d'Esquadra y Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria frustraron un desembarque de 3.500 kilos de esta droga en el Cap de Creus, en el Alt Empordà. Es una más de las operaciones que la policía ha hecho en la costa catalana, aunque sorprende que sea a la parte norte del país, si bien no es la primera vez. Hace pocas semanas una furgoneta cargada con más de 3.000 kilos de esta droga también fue interceptada en el puerto de Begur, abandonada después de quedar enganchada en el agua.

En esta ocasión, aunque el helicóptero de la Agencia Tributaria los detectó, y pudo confirmar que en la Cala Culip, una pequeña playa situada en el norte del Cap de Creus, había un grupo de personas esperando recoger la droga, no se han podido hacer detenidos. Y sorprende, de las imágenes facilitadas por la policía catalana, cómo los narcos saludan al helicóptero mientras escapan, a gran velocidad, con una de las narcolanchas utilizadas.

Según ha explicado el cuerpo de los Mossos d'Esquadra en una nota de prensa, en torno a las nueve y cuarto del pasado 23 de enero se detectó una embarcación semirrígida que navegaba hacia esta cala, donde les estaban esperando a un grupo de hombres con diferentes vehículos y furgonetas. El Servicio de Vigilancia Aduanera alertó  a los Mossos d'Esquadra, que desplegaron patrullas en la zona.

Saludan a los Mossos desde la embarcación

Cuando los portadores que esperaban en tierra y los narcos de la embarcación detectaron la presencia policial, escaparon, o campo a través o dando media vuelta con la embarcación. Los agentes de la policía catalana pudieron llegar hasta el punto donde estaban esperando, donde encontraron dos vehículos y algunos objetos personales de quien escapó. En las imágenes en vídeo desde el helicóptero se ve como los narcos saludan y se ríen de la policía. Los aparatos que llevan estos traficantes, muy potentes, hace casi imposible, si no se libra una batalla casi cuerpo en cuerpo, que puedan ser detenidos.

 

También localizaron abandonada una furgoneta de grandes dimensiones que se había accidentado mientras trataba de salir del camino que conduce a la cala. En el interior contenía varios fardos de diferentes dimensiones y más fardos al lado de las escaleras de la misma cala, y a pie de playa unos 100 bidones con combustible. Estaba preparado para darlo a los narcomarineros a fin de que pudieran recargar los depósitos y volver a su punto de origen, que todavía no se ha podido aclarar. Según la capacidad de las embarcaciones, pueden volver hacia el sur, a Marruecos, o pueden hacer cargas en embarcaciones pesqueras mayores que están en alta mar. Ni en el agua ni en tierra, ninguno de los dos cuerpos policiales pudieron hacer detenidos. Se mantuvo hasta bien entrada la madrugada un dispositivo de seguridad para asegurar la droga y poder retirarla. En total, según fuentes oficiales, se han intervenido 3.500 kilos, si bien se cree que los que escaparon, se pudieron llevar algunos más.

El Área de Investigación Criminal (AIC) de la región de Girona, con colaboración con las unidades centrales de la guerra contra el narcotráfico de los Mossos, han abierto una investigación para poder aclarar quién eran los portadores y también cuál era el destino de estos centenares de kilos.

La policía sabe que la costa catalana se ha convertido en un coladero y se han incrementado las vigilancias, por tierra, mar y aire, con colaboración de otros cuerpos policiales, para recuperar el control, si bien, hoy por hoy, parece complicado. Este caso, de momento, ha quedado en manos del juzgado de Instrucción en funciones de Guardia de Figueres.