Fotomontaje de los carteristas chilenos y el metro de Barcelona

Fotomontaje de los carteristas chilenos y el metro de Barcelona METRÓPOLI

El pulso de la ciudad

Unos carteristas chilenos, el terror del metro de Barcelona

Los delincuentes, que viven en Badalona, se dividen por grupos y fingen encontrarse mal dentro del vagón para asediar a sus víctimas

24 enero, 2024 20:01

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Guerra contra los carteristas chilenos que acechan a los pasajeros del metro de Barcelona. Varios grupos de hombres perseguidos en su país de origen buscan "ganarse la vida" en la capital catalana de la peor manera posible: robando a los turistas o locales despistados del suburbano.

La Patrulla Ciudadana --un grupo de ciudadanos que vigilan el metro de forma voluntaria-- los tiene localizados. La policía, identificados. Sus rostros ya se han difundido por las redes sociales, pero actúan sin ningún tipo de pudor: fingen que se encuentran indispuestos y aprovechan el revuelo de gente que los socorre para cometer el hurto. Cuando son pillados in fraganti, se rebotan: atacan y empujan a quienes intentan retenerlos. Peligrosos lanzas, que es como se conocía antiguamente en Chile a aquellas personas que emigraban al extranjero para robar y enviar dinero a su familia, que se refugian en Badalona.

GRUPOS ORGANIZADOS

Roberto, Daniel, Joao y Pablo. Son algunos de los nombres de estos carteristas que se organizan en grupos y salen a robar especialmente por las noches. Su nicho de actuación se limita, normalmente, a la línea 4 del metro, la amarilla. "Desde Jaume I hasta la Barceloneta", detalla Eliana, la fundadora de Patrulla Ciudadana y la cazacarterista del metro más conocida, a Metrópoli

Los hombres, algunos menores de 30 y otros de hasta 60 años, actúan en parejas o en grupo y tienen un modus operandi peculiar: uno de ellos finge vomitar para que los pasajeros se fijen en él y acudan en su ayuda. Mientras, los compinches aprovechan el revuelo y sustraen todos los objetos personales que pueden.

ROBO EN SINGAPUR

Estos hábiles delincuentes son conocidos en todo el mundo y sus métodos, en ocasiones, rayan el surrealismo. Es el caso del asalto con chocolate que tuvo lugar en Singapur en el 2017. Tres chilenos consiguieron hacerse con tres mil dólares singapurenses tras abordar a una de sus víctimas en un hotel. Uno de ellos le arrojó salsa de chocolate para distraerlo mientras los otros entraban en escena, sustrayendo 1.200 de moneda local en efectivo del singapurense, además de arrebatarle un vale vista por un depósito bancario. Tras el suceso, siguieron con la actividad por los autobuses de la zona.

Uno de los autores del robo, que se publicó en la prensa internacional, está ahora en Barcelona. Al igual que Roberto Riquelme o "Cara de Completo", otro de los lanzas más conocidos por acumular decenas de detenciones por hurto en el metro de Santiago. Amigos de lo ajeno que ven en la capital catalana un filón sin consecuencias judiciales.

AGRESIONES Y VIOLENCIA

Algo que Eliana destaca de los delincuentes es su agresividad. En los últimos vídeos publicados por la Patrulla Ciudadana se percibe un incremento de las respuestas violentas hacia quienes les cortan las alas. "A una compañera ya le han roto las uñas dos veces", explica la mujer.

Unos encontronazos que se dan con mayor frecuencia porque los ladrones no cambian sus hábitos: suelen bajar al subterráneo a partir de las 21:30 horas, cuando la policía también comienza a moverse para localizarlos y capturarlos. Acceden al primer o al último vagón, siempre por detrás de los pasajeros.

UN HOMBRE SORDO, VÍCTIMA

El abanico de víctimas del grupo es muy amplio y variado. La última: un hombre sordo al que le arrebataron la billetera con 300 euros en efectivo. Ni siquiera los cazacarteristas pudieron recuperar el botín porque estaban ocupados: en ese momento hubo varios robos simultáneos. "Había víctimas a ambos lados del andén, también unos cuatro alemanes".

Multirreincidentes que hacen del delito su forma de vida y que vuelven a casa en el mismo medio de transporte donde actúan, aunque para eso se cambian de línea para coger la lila y dirigirse hacia el barrio del Gorg de Badalona.