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United y Alaska Airlines encuentran piezas flojas al revisar sus aviones Boeing 737 Max 9

Las dos compañías hablan de pernos y piezas que están flojos, sin dar todavía detalles de las inspecciones tras el incidente del vuelo 1282

Miguel Jiménez
Investigadores de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) examinan el panel del fuselaje del Boeing 737-9 Max que se desprendió en pleno vuelo.
Investigadores de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) examinan el panel del fuselaje del Boeing 737-9 Max que se desprendió en pleno vuelo.NTSB (via REUTERS)

No se trata de un problema aislado. Las inspecciones puestas en marcha por las compañías United Airlines y Alaska Airlines han detectado defectos en algunos de los aviones Boeing 737 Max 9 inmovilizados tras el incidente del vuelo de Portland (Oregón) a Ontario (California) del pasado viernes. En él, un panel que cubre un hueco que en otras configuraciones se utiliza como puerta de emergencia se desprendió del avión, con su recubrimiento interior y el material aislante dejando un boquete en el fuselaje en pleno vuelo. Los trabajos de inspección continúan.

United Airlines, que cuenta con 79 aviones de esa variante del 737 Max, fue la primera en comunicar el lunes por la tarde que había encontrado pernos algo sueltos y otros “problemas de instalación” en los paneles que cubren el hueco reservado para puertas de emergencia. “Desde que comenzamos las inspecciones preliminares el sábado, hemos encontrado casos que parecen estar relacionados con problemas de instalación en el panel de la puerta, por ejemplo, pernos que necesitaban apretarse más. Estos hallazgos serán remediados por nuestro equipo de tecnología de operaciones para devolver el avión al servicio de forma segura”, señaló la aerolínea con sede en Chicago en un comunicado.

Más tarde fue Alaska Airlines la que dijo que mientras seguía esperando la documentación final de Boeing y la Administración Federal de Aviació (FAA, por sus siglas en inglés) para poder iniciar el proceso de inspección formal, ya había encontrado indicios de defectos. “Cuando nuestros técnicos de mantenimiento empezaron a preparar nuestra flota de 737-9 Max para las inspecciones, accedieron a la zona en cuestión. Los primeros informes de nuestros técnicos indican que en algunas aeronaves se veían algunos componentes aflojados”, dijo la compañía cuyo avión sufrió el incidente a través de un comunicado.

Cuando la compañía pueda proceder con el proceso de inspección formal, todos los aviones serán inspeccionados a fondo de acuerdo con las instrucciones detalladas proporcionadas por la FAA en consulta con Boeing, explica Alaska Airlines. “Cualquier hallazgo se abordará de forma que satisfaga nuestras normas de seguridad y el cumplimiento de la FAA. Las inspecciones formales también requerirán documentar todos los hallazgos y se informará de ellos a la FAA. No se volverá a poner en servicio ningún avión hasta que se hayan completado todos estos pasos. La seguridad de estas aeronaves es nuestra prioridad y tomaremos el tiempo y las medidas necesarias para garantizar su aeronavegabilidad, en estrecha colaboración con la FAA”, concluye su comunicado.

Las autoridades han revelado que Alaska Airlines había decidido restringir el uso del avión que sufrió el problema y dejar de utilizarlo para vuelos a Hawái después de que se encendiera una luz de advertencia que podría haber indicado un problema de presurización en tres vuelos diferentes. La compañía dejó de usarlo en vuelos largos sobre el agua para que el avión “pudiera regresar muy rápidamente a un aeropuerto” en caso necesario, según explicó el domingo Jennifer Homendy, presidenta de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés), en una rueda de prensa. Algunos expertos han cuestionado que la compañía siguiese operando con el avión tras esos avisos si no se fiaba del aparato lo suficiente como para que pudiera cruzar el mar de forma segura.

Que no se trata de un caso aislado es un varapalo para Boeing, que trata de olvidar la pesadilla que vivió con el 737 Max 8, otra versión del fabricante. Los dos accidentes catastróficos de esa otra versión en 2019 desataron una crisis sin precedentes en Boeing. La compañía se estaba recuperando de aquel varapalo y del parón de la demanda derivado de la pandemia cuando llega esta nueva crisis, que espera sea mucho más contenida. Las acciones de Boeing han sufrido este lunes en Bolsa una caída del 8%, el equivalente a una pérdida de valor de unos 12.000 millones de dólares (unos 11.000 millones de euros) para la compañía.

Reunión en Boeing

“Mientras los operadores llevan a cabo las inspecciones requeridas, nos mantenemos en estrecho contacto con ellos y les ayudaremos a resolver todos y cada uno de los hallazgos. Estamos comprometidos a garantizar que cada avión Boeing cumple las especificaciones de diseño y los más altos estándares de seguridad y calidad. Lamentamos el impacto que esto ha tenido en nuestros clientes y sus pasajeros”, ha dicho el fabricante este lunes en un comunicado.

El actual presidente y consejero delegado de Boeing, Dave Calhoun, quiere coger el toro por los cuernos y ha invitado a los empleados a participar en una reunión telemática de toda la empresa centrada en la seguridad, que se celebrará este martes 9 de enero desde la fábrica de Boeing en Renton (Washington). En el mensaje de la convocatoria, Calhoun indica: “Cuando se producen accidentes graves como este, es fundamental que trabajemos de forma transparente con nuestros clientes y organismos reguladores para comprender y abordar las causas del suceso y garantizar que no se repitan. Este es y debe ser el centro de atención de nuestro equipo en estos momentos”.

La idea es centrar la reunión en la respuesta de la empresa al accidente y en reforzar los mensajes de compromiso con la seguridad, la calidad, la integridad y la transparencia. “Aunque en los últimos años hemos avanzado en el refuerzo de nuestros sistemas y procesos de gestión de la seguridad y control de calidad, situaciones como esta nos recuerdan que debemos seguir centrados en seguir mejorando cada día”, señala Calhoun.

La inmovilización de los cerca de 144 aviones Air 737 Max 9 utilizados por Alaska y United ha provocado centenares de cancelaciones de vuelos en ambas compañías, las únicas de Estados Unidos que los tienen en su flota. En total hay 215 aparatos de la variante 737 MAX 9 operativos, según datos facilitados por la consultora Cirium a EL PAÍS. Aparte de los 65 de Alaska Airlines y los 79 de United Airlines, la panameña Copa tiene 29, y la mexicana Aeroméxico, 20. Turkish Airlines tiene 5 y el resto están muy repartidos entre unas cuantas compañías más.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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