Ataques a buques mercantes

España en el mar Rojo: ni medios ni ganas

No se plantea participación militar española o de la UE al menos hasta junio

Militares españoles, con el dron Scan Eagle que hace labores de vigilancia para la Operación Atalanta en el golfo de Adén.

Militares españoles, con el dron Scan Eagle que hace labores de vigilancia para la Operación Atalanta en el golfo de Adén. / EUNAVFOR

Juan José Fernández

Con las actuales variables estratégicas, no es planteable una participación militar europea en el mar Rojo bajo paraguas de la UE por lo menos hasta verano, y es poco probable durante todo 2024, prevén fuentes de Defensa.

Que ya sean 25 los ataques sufridos por buques mercantes en el estrecho de Bab al Mandeb, y que las grandes navieras hayan decidido desviar el tráfico de contenedores, encareciéndose un 30%, no mueve la posición española. Defensa sigue considerando que no ha de cambiarse la misión EUNAVFOR para adaptarla a los difusos fines de la operación Guardián de la Prosperidad, liderada por Estados Unidos.

Y no hay de momento visos de que eso vaya a cambiar en Europa, no antes, al menos, de las elecciones europeas de junio, según las fuentes militares consultadas por EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica. De la OTAN se espera aún menos, pues la Alianza ya se expresó a través de distintos portavoces en diciembre sobre la ausencia de planes para asumir un papel militar en la zona.

En la Unión Europea no hay debate formal iniciado sobre una participación conjunta en el aseguramiento de buques contra los misiles hutíes en el mar Rojo. El pasado 19 de diciembre, Italia envió por su cuenta un barco de guerra, el Virginio Fasan, de la clase FREMM (Fragata Europea Multimisión), pero finalmente no para integrarse en la coalición americana, sino para apoyar la misión europea, según un cambio de rumbo del Gobierno italiano emprendido este pasado fin de semana.

El 'no' de España

El nombre común de EUNAVFOR es Operación Atalanta. Su mandato es, desde 2009, proteger de los piratas somalíes a pesqueros y cargueros, y ahora especialmente los buques del Programa Mundial de Alimentos. El Gobierno está por la conservación de este mandato y su no deformación en función de las necesidades de defensa naval en el mar Rojo. Para estas, tal y como ya ha explicado Defensa y también la portavoz del Gobierno en diciembre pasado, debería crearse una misión con un contenido específico y la participación española debería pasar por tres posibles puertas: mandato de la ONU, acuerdo de la UE o acuerdo de la OTAN.

España lidera Atalanta como principal contribuyente entre 19 países --una fragata en periodos monzónicos y dos el resto del año, y el destacamento de vigilancia aérea Orión--, y con la aportación del cuartel general, que opera en la base de Rota.

Actualmente manda la misión Portugal. La Armada española tiene desplegada en la zona a la fragata F-82 Victoria, que patrulla en el golfo de Adén, entre aguas del mar Rojo y del océano Índico. La Victoria es un barco de vigilancia y combate de la clase Santa María, que cumple casi 40 años de vida operativa. Sus capacidades son buenas para Atalanta; también para la lucha antisubmarina, pero no son las óptimas para defender, ni para defenderse, del ataque de drones y misiles como los que lanzan los hutíes desde sus feudos en Yemen.

La fragata española Victoria, junto a un carguero en aguas del Cuerno de África el pasado 5 de enero.

La fragata española Victoria, junto a un carguero en aguas del Cuerno de África el pasado 5 de enero. / EUNAVFOR

Para una misión de esa complejidad la Armada dispone de las fragatas F-100, (la clase Álvaro de Bazán), las más modernas de la flota. De las cinco que tiene España (las Juan de Borbón, Blas de Lezo, Álvaro de Bazán, Cristóbal Colón y Méndez Núñez), una suele estar en dique de reparaciones; las otras cuatro, sobrecargadas de trabajo en misiones OTAN y de seguridad de las aguas territoriales.

Información clasificada

No es tan sencillo, pues, aportar unidades a la misión que encabeza Estados Unidos. "Eso no significa que España no participe en absoluto", aclara una alta fuente de la Armada. La fragata Victoria está proporcionando información a buques de Estados Unidos de la que obtiene en sus patrullas frente al cuerno de África.

De hecho, a principios de diciembre, antes de que comenzara la polémica por la inclusión o no de España en la coalición Guardián de la Prosperidad, desde los US Navy se pidió a la Armada que elevara el nivel de clasificación de la información compartida. Ya se estaba calentando ese teatro de operaciones.

Hay razones políticas y diplomáticas para las reticencias de España y la procrastinación en la UE, pero también las hay muy materiales.

La complicación en Oriente Próximo se le ha presentado a Europa en plena escasez de misiles antimisil en sus arsenales, a causa de la guerra de Ucrania, y con toda la industria de defensa tensionada por el enorme pico de demanda que desde hace dos años supone la respuesta aliada a la invasión rusa de aquel país.

Misiles muy caros

Hay además un problema con la definición de la misión norteamericana. De momento se limita a escoltar a los cargueros que se dirijan hacia el canal de Suez o a puertos israelíes y disparar a los misiles y drones hutíes desde los barcos de guerra.

Los rebeldes de Yemen están atacando a los barcos comerciales de dos maneras. La mayoritaria y menos lesiva es la utilización de drones chinos tuneados en Siria, Irán o los propios territorios que controla esa milicia en Yemen.

Pero los hutíes tienen también baterías para el lanzamiento del cohete Noor. Es el mismo misil de crucero de fabricación iraní a partir de un modelo chino del que dispone Hizbolá, con empleo antibuque y a una distancia de 200 kilómetros (120 millas). No ha trascendido cuántos de estos misiles tienen los hutíes, pero sí se les ha visto emplearlos, así como publicitar que cuentan con ingenieros de mantenimiento formados en Rusia y Corea del Norte.

Los hutíes disponen además de misiles antibuque ASEF y versiones modificadas del misil Tankeel, ambas de fabricación iraní. En los tres casos, se trata de armas con capacidad de hundir un gran buque.

Oficiales del destructor especializado en lucha antismiil Arleigh Burke, navegando por el mar Rojo.

Oficiales del destructor especializado en lucha antismiil Arleigh Burke, navegando por el mar Rojo. / US Navy

En el plano puramente teórico, una defensa efectiva contra estos ataques sería rápida y de corta duración: la flota localiza el punto desde el que disparan los hutíes y aniquila esas baterías con misiles de crucero o incursiones aéreas. Pero eso no se contempla en Guardián de la Prosperidad. Nadie, ni Estados Unidos, ni tampoco Irán, está interesado en la extensión del conflicto Israel-Hamás, y un ataque a tierra en Yemen sería precisamente eso.

Por lo tanto, y sin una definición cerrada, la alianza se limita a neutralizar los bombardeos de buques. Contra esos misiles hutíes Occidente dispone de una panoplia propia de defensa. El sistema Aegis --comercialmente llamado "escudo de la flota"-- para la protección de unidades navales incluye lanzadores verticales de misiles antimisil. En el caso de las fragatas más modernas de la Armada, se trata de misiles ESSM, un Sparrow modernizado. Cada uno cuesta 800.000 dólares.

La defensa contra drones desde un buque en el mar Rojo se puede llevar a cabo con un cañón rotatorio Vulcan Phalanx, que dispara 4.500 balas al minuto. La defensa contra misiles es otra cosa. Lo resume un oficial de la Armada experto asesor del poder político: "Es mucho más barato: al dron le tiras solo hierro; contra el misil… la factura se dispara".

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