OPOSICIÓN AL PACTO CON LOS INDEPENDENTISTAS

El PP se prepara para seguir movilizando el descontento social tras la investidura de Sánchez

En Génova apuestan por seguir siendo "el cauce" del malestar ciudadano en una legislatura convulsa en la que "las cesiones a los independentistas" serán continuas, con mesas de diálogo y verificadores internacionales

El PP mide el apoyo a su respuesta a Sánchez este domingo, pero espera otras movilizaciones masivas, como la del día 18 después de que el socialista sea investido

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto a otros dirigentes en Valencia el pasado fin de semana. /

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto a otros dirigentes en Valencia el pasado fin de semana. / / JUAN CARLOS CÁRDENAS.

Paloma Esteban

El PP aspira a exhibir una demostración de apoyo social sin precedentes este domingo. La convocatoria al mediodía en todas las capitales de provincia medirá el respaldo a la respuesta que Alberto Núñez Feijóo quiere dar al pacto entre el PSOE y los independentistas para la investidura de Pedro Sánchez al margen de las instituciones. 

Los populares hicieron el llamamiento hace días, sin saber que ya habría acuerdo y, ahora, dicen fuentes de la dirección nacional, dan por hecho que el apoyo se multiplicará. El objetivo es que se vean concentraciones masivas más allá de Madrid, donde se espera una Puerta del Sol “a reventar”. La idea que quieren trasladar en Génova es que el rechazo es transversal a todas las comunidades autónomas y que otras ciudades puedan mostrar esa fuerza también. Por eso, los principales dirigentes estarán distribuidos por sus respectivos territorios y desde hace días se trabaja en la organización de todas las protestas. 

En el PP llevan días dándole vueltas a cómo continuará su estrategia de oposición por distintas vías. La política y la parlamentaria jugarán un rol esencial en el Congreso y el Senado. La judicial también, con acciones muy específicas en Europa. Y también la “vía cívica en la calle”, como dijo Cuca Gamarra el viernes tras la reunión del comité de dirección extraordinario. En Génova dan por hecho que “la temperatura social” todavía tendrá momentos de tensión en los próximos días.

Las movilizaciones ya fueron muy fuertes durante las negociaciones y en el PP contaban con que “una vez se hiciera el pacto”, “podrían ir a más”. Por eso, fuentes populares explican que su objetivo es “ser el cauce del descontento social” también tras la investidura de Sánchez. Y, de hecho, la manifestación del día 18 en Madrid, que promueven organizaciones de la sociedad civil, también la esperan masiva. Feijóo estará y también otros primeros espadas del partido. La idea es seguir combinando actos en la calle con la acción institucional ante lo que perciben como una legislatura convulsa.

Aunque hay cargos que admiten que una vez se constituya el Gobierno la oposición deberá centrarse en lo institucional, también reconocen, igual que dirigentes de distintos territorios, que “las cesiones a los independentistas” serán continuas con mesas de diálogo, verificadores internacionales y negociaciones constantes. “Esto va a ser un calvario”, ya decían en el entorno de Feijóo hace unos días. 

Para los conservadores es esencial la imagen de respaldo de la ciudadanía de este domingo, después de que las asociaciones de jueces, fiscales, inspectores de Hacienda y distintos colegios profesionales hayan mostrado su desacuerdo con el texto de PSOE y Junts. También porque el relato de los socialistas se basa en la búsqueda de concordia y de pasar página de un conflicto que, para el PP, no existe.

De hecho, el gran argumento de los populares contra la investidura de Sánchez, más allá de los aspectos meramente jurídicos, se basa en el “altísimo coste en términos de división social para la convivencia”. Será uno de los ejes que el PP defienda también en el debate de investidura la semana que viene.

Distinguirse de Ferraz… y de Vox

Y, por otro lado, en Génova también quieren mostrar una imagen de manifestación “cívica y masiva” frente a las protestas de los últimos días en las sedes del PSOE y muy especialmente en la calle Ferraz de Madrid. Varias noches fue necesaria la intervención policial en la capital, con cargas y gases lacrimógenos. En el PP reprochan a la izquierda la “doble vara de medir” con estas protestas después de que, a su juicio, han alentado durante años otras movilizaciones similares contra su formación. Pero también necesitan alejarse de las posiciones violentas que se han visto en muchos manifestantes y de las que Vox ha participado con dirigentes suyos en la primera línea.

El propio Santiago Abascal acudió en dos ocasiones. Y también el vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo; o la portavoz parlamentaria en el Congreso, Pepa Millán. En Génova consideran que fue una decisión “poco acertada” que, a su juicio, muestra “debilidad”. Y a eso achacan ahora que Vox se haya sumado a la convocatoria del domingo del PP. Dirigentes nacionales aseguran que son concentraciones “abiertas” a las que pueden acudir partidos, ciudadanos y organizaciones. “Todos los que quieran decir que en su nombre este pacto no es legítimo”, zanjan.

Pero también dejan claro que la capitalización de las movilizaciones será de las siglas del PP. En el partido hay equipos exclusivos para evitar que haya actitudes reprobables o que se salgan del ambiente “cívico y ordenado” que pretenden garantizar. Confían en que Abascal quede en un segundo plano, pero descuentan que habrá banderas de Vox entre los asistentes. 

Las movilizaciones de este domingo se concretaron en el comité de dirección del pasado lunes, donde el núcleo duro conservador decidió aumentar la convocatoria tras el éxito del día anterior en Valencia. El PP ha promovido distintos mítines masivos a lo largo del último mes en ciudades clave. El de Madrid en Felipe II fue un punto de inflexión previo a la investidura fallida de Feijóo. Pero después el respaldo social no decayó.

Fuentes de la dirección reconocen que “el desbordamiento” que sufrieron en Valencia, muy por encima de lo que esperaban, les confirmó que tocaba “seguir dando salida” a las protestas sociales. En la cúpula conservadora llevan días constatando que hay “una necesidad de expresar rechazo expreso a lo que está pactando Sánchez con Junts”, explican, y entendían que si el PP “no daba un cauce”, lo encontrarían “por otra vía”.

En Génova buscan capitalizar ese malestar social para apuntalar la labor de oposición que empezará en pocos días, cuando la legislatura eche a andar. Sánchez ya tiene amarrada su mayoría necesaria tras contar con los votos del PNV y Coalición Canaria.