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Las docentes de Infantil salen a las calles en su tercera jornada de huelga: “Quieren mercadear con su educación”

Educadoras de Infantil en la Puerta del Sol de Madrid.

Paula del Toro

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“Vengo de hacer servicios mínimos y he estado yo sola con 20 niños, pero esto es necesario” señala Ana, pancarta en mano, en la Puerta del Sol de Madrid. Como ella, docentes de Educación Infantil de toda España continúan secundando las jornadas de huelga convocadas para exigir, tras “más de dos años de reuniones sin avances”, el desbloqueo de la negociación colectiva. Según el sindicato CCOO, el convenio actual por el que se rigen sus condiciones laborales y salariales “perpetúa su situación de precariedad”, especialmente tras la reunión con la Mesa Negociadora del pasado 2 de noviembre que describen como un encuentro “decepcionante”. 

Tras los paros de los días 19 y 25 del pasado octubre, seguidos por un 80% de las trabajadoras en comunidades como Galicia y Madrid, del 60% en Catalunya y de un 50% de apoyo en el resto del territorio nacional según los sindicatos, las educadoras y maestras de las escuelas privadas y públicas de gestión privada no se rinden. Ni se callan, y siguen denunciando unos servicios mínimos que tildan de “abusivos”. Por ejemplo, en el primer día de huelga muchas comunidades autónomas (Madrid, Catalunya, Galicia en las públicas) los fijaron el 95% de las plantillas. Este miércoles, las de Madrid han decidido hacer ruido sobre su situación con una jornada de movilizaciones en distintos puntos de la capital. 

La primera concentración de este tercer día de paro ha sido a las diez de la mañana, hora a la que comenzaba el pleno en la Asamblea de Madrid. Allí, María Pastor, portavoz de Educación de Más Madrid, y Esteban Álvarez, número tres del equipo de Juan Lobato (PSOE), han formulado preguntas sobre la situación de las educadoras y maestras en la Comunidad.

Reivindicamos la dignificación de las condiciones laborales de las trabajadoras del sector, ya que sus condiciones muy malas y sus sueldos muy bajos, siendo su trabajo de suma importancia. Vamos a seguir en la movilización hasta que cambie la situación

Unai Sordo Secretario General de CCOO

A las puertas del parlamento regional, cientos de trabajadoras convocadas por Plataforma Personal Laboral de Escuelas Infantiles (PLEI) hacían ruido con tambores y silbatos: “Educadores y educadoras, lo vamos a conseguir”, han coreado al unísono. Mencionaban a ellos y ellas, pero la realidad es que el 95% de las plantillas de Educación Infantil son mujeres. El 90% de estas trabajadoras pueden ser consideradas pobres, según la Carta Social Europea

Un trabajo feminizado y vinculado a los cuidados

El objetivo de salir a la calle, explican, es crear conciencia de que están en una situación de “emergencia” porque la “calidad vergonzosa del convenio” por el que se tienen que regir las empresas que gestionan sus contratos les está llevando a una “precariedad eterna”. Sus condiciones laborales y salariales llevan congeladas más de una década debido al bloqueo de un convenio colectivo por el que llevan luchando más de dos años con la patronal. Tras varios intentos de negociación, la situación no ha cambiado nada, y así se lo han gritado a quien tiene que trabajar para la conseguir una dignificación de la profesión.

No hacemos más huelgas porque ya no llego a fin de mes, como para perder más aún. No es lógico que con 30 años tenga que estar pidiéndole ayuda económica a mis familiares

Andrea educadora infantil

Primero a los políticos, después a la patronal. A las 12:00 las educadoras han cortado durante varios minutos la calle Ferraz a las puertas de ACADE, la Asociación de Centros Autónomos de Enseñanza Privada. Según Cristina Badorrey, representante sindical y portavoz de la escuela infantil Soto del Parral, que la patronal las escuche “es esencial, porque es la asociación que aúna al mayor número de empresarios que se dedican a la gestión de escuelas infantiles, y es importante que sepan que no estamos de acuerdo con lo que ellos están planteando en las mesas negociadoras”. 

Ana (no es su nombre real) es educadora infantil desde hace tres años en una escuela pública de gestión privada. “Nos obligan a hacer formaciones fuera de nuestro horario laboral, no tenemos días de asuntos propios, si quiero pedir un día tiene que ser sin empleo y sueldo y si quiero ir al banco tengo que pedir horas a la empresa, y todo ello por 1.042 euros al mes. No hacemos más huelgas porque ya no llego a fin de mes, como para perder más aún. No es lógico que con 30 años tenga que estar pidiéndole ayuda económica a mis familiares”, explica Andrea con pocas esperanzas de que su situación cambie pronto.

Ella se encuentra en la última concentración del día en la madrileña Puerta del Sol junto a otros 300 docentes, aproximadamente. Consigo llevaban grandes pancartas en las que se podía leer “0-3 no llega a fin de mes” o “Mi vocación no paga mis facturas”. “La profe luchando, también está enseñando”, gritaban a las puertas del edificio de la Presidencia de la Comunidad de Madrid.

A Ana le acompaña Marta, una compañera suya que lleva 12 años trabajando como educadora infantil en diferentes escuelas tanto privadas como públicas de gestión indirecta y no ha visto ningún cambio a mejor en todo este tiempo.

Es triste que seamos personas con vocación y se rían así de nosotras. [...] Aquí todo lo que tiene que ver con un trabajo realizado mayoritariamente por mujeres y que tenga que ver con los cuidados, no le importa a nadie

Marta Educadora infantil en una escuela de la Comunidad de Madrid

“Es triste que seamos personas con vocación, porque si no no podríamos hacer este trabajo, y se rían así de nosotras. Lo único que consiguen es que cambiemos de trabajo o nos vayamos a Alemania, por ejemplo, donde realmente se valora nuestra profesión. Aquí todo lo que tiene que ver con un trabajo realizado mayoritariamente por mujeres y que tenga que ver con los cuidados, no le importa a nadie”, comenta en la conversación hasta que ambas deciden coger sus botes de leche en polvo vacíos, en honor a los bebés que cuidan, para darle golpes con un palo y hacer ruido junto a sus demás compañeros.

En la concentración de Sol también está Inma Espinal, educadora infantil en una escuela pública de gestión privada desde hace 12 años. Cobra 1.134 euros brutos por lo que, después de sus 7 horas en clase con 13 niños de 1 a 2 años –uno de ellos con Trastorno del Espectro Autista– tiene que hacer más horas en otro trabajo por las tardes. “No llego a entender la actitud de la patronal, no me entra en la cabeza”, lamenta. “Nuestro trabajo es esencial para la formación emocional o motriz (entre otras) en esta etapa primaria. Son bebés que podrían ser sus hijos, y parecen seres totalmente inhumanos ya que, sabiendo que nuestro trabajo conlleva muchísima responsabilidad y que se trata de niños, quieren mercadear con su educación”, se queja Inma.

Unai Sordo, secretario general de CCOO, ha asegurado en la concentración que seguirán llamando a próximas huelgas si la posición de la patronal no cambia. La próxima jornada de paro convocada por el sindicato, la cuarta y última hasta el momento, es el próximo 15 de noviembre.

A ella se ha unido UGT, que ha hecho un llamamiento a la movilización de las trabajadoras “tras constatar la insuficiente propuesta patronal para las tablas salariales de las trabajadoras”. El sindicato ve estas jornadas de huelga como “un golpe en la mesa”, “caminos a seguir para presionar a las patronales. 

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