El cielo en la Tierra

Catedrales españolas que son Patrimonio de la Humanidad

Estos templos de diferentes estilos y épocas tienen en común el haber sido distinguidas por la Unesco por su excepcionalidad.

El mundo está lleno de catedrales hermosas, pero sin duda España ocupa una posición privilegiada al poseer un gran número de templos singulares. De fachada austera o grandilocuente, la mayoría guardan un interior que hace enmudecer, con muros que superponen estilos y tesoros artísticos, y un sinfín de historias y leyendas. Al margen de la fe, estas catedrales son etapas imprescindibles de muchas escapadas viajeras.

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Segovia

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Catedral de Segovia, el templo de la luz

Segovia, famosa por su excepcionalmente intacto Acueducto romano (año 50 d.C.) y su emblemático Alcázar, sorprende con otros monumentos soberbios como su hermosa Catedral, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1985. El templo gótico del siglo XVI, consagrado a Nuestra Señora de la Asunción y a San Frutós, se eleva sobre una loma del corazón de la ciudad, dando la impresión de que sus muros y torretas apuntan hacia el cielo. Su torre-campanario fue en otro tiempo uno de los edificios más altos de España, y hoy parece el mástil del navío de piedra que es Segovia. El monumento, encajado entre la plaza Mayor y la recoleta de San Martín, es una de las catedrales góticas más tardías de España y de Europa, edificada entre 1525 y 1768. En el interior, la Sala Capitular es uno de sus tesoros, destacando por su artesonado dorado y policromado, y por las pinturas al óleo sobre los muros de yeso.

Catedral de Córdoba, encuentro entre religiones

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Catedral de Córdoba, encuentro entre religiones

La que fue capital del califato omeya de Córdoba alcanzó su esplendor en el siglo X, cuando era la mayor ciudad de Europa después de Constantinopla. En esa época llegó a contar 1600 mezquitas, innumerables palacios y hasta 70 bibliotecas. Fue con la Reconquista, cuando los reyes cristianos decidieron erigir, en el corazón de la mezquita Mayor, una iglesia cristiana. Fue provocación o tal vez no se atrevieron a derruir la que aún es una maravilla de la arquitectura árabe. Hoy en el recinto conviven joyas de ambas épocas y religiones, y fue lo que llevó a la Unesco a declararlo en 1984 Patrimonio de la Humanidad «por su valor artístico y como ejemplo de espacio de convivencia entre musulmanes y cristianos». Se conserva la catedral Primitiva, con arquerías espectaculares, junto a la antesala del mihrab, «un agujero por el que se llega al cosmos», desde el que el imán dirigía la oración. La catedral medieval se amplió en época renacentista: empezó a construirse en 1523 y las obras se dilataron hasta el siglo XVIII, cuando se concluyó el coro. Su hermosa Capilla Real convive junto al impresionante «bosque de columnas» de la mezquita, un hito arquitectónico que sigue vigente. Cabe resaltar el contraste entre las cúpulas, capillas y retablos barrocos de la catedral con la ausencia de figuras decorativas del arte musulmán. 

Zaragoza

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Las catedrales mudéjares de Aragón

El arte mudéjar empezó a manifestarse en Aragón a raíz de la Reconquista (siglo XII), fusionando las refinadas filigranas en ladrillo y cerámica vidriada que decoraban templos y palacios, con las incipientes líneas góticas. Esa unión la destacó la Unesco cuando declaró la arquitectura mudéjar Patrimonio Mundial en 1986. La catedral de San Salvador en su Epifanía de Zaragoza y la de Santa María de Teruel destacan en ese conjunto. El interior de la primera consta de 5 naves donde se combina mármol, bronce, madera dorada y yeso labrado: uno de sus tesoros mudéjares es el cimborrio del siglo XVI, que superpone de forma magistral una planta cuadrada y otra rectangular. La otra catedral mudéjar aragonesa Patrimonio de la Humanidad es la de Teruel, en la que resalta la ejecución de su torre y una techumbre mudéjar, ricamente trabajada con maderas del siglo XII.

Salamanca

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La catedral de Salamanca, de la fe a la teología

Salamanca, con dos catedrales en su haber, la Vieja y la Nueva, atesora un centro histórico Patrimonio Mundial (1988), con monumentos románicos, góticos, renacentistas y barrocos. A la seo más reciente (siglo XV) se puede acceder a través de la catedral románica, iniciada el año 1150, y cuya visita traslada al espíritu más defensivo de la Edad Media, acorde a una época de contiendas bélicas. Llama la atención que un edificio románico esté culminado con una torre, llamada del Gallo por su veleta, y por contar con elementos bizantinos, atribuidos a la influencia de emigrantes mozárabes. El interior guarda un retablo creado para instruir, con 53 tablas con escenas bíblicas, considerado uno de los conjuntos pictóricos más valiosos del siglo XV europeo. Precisamente, en ese siglo la población de Salamanca creció gracias al auge de su Universidad, lo que llevo a la construcción de la catedral Nueva, llevada a cabo entre 1513 y 1733, siendo uno de los últimos templos góticos erigidos en España (y, también, la más alta) rematada con fachada plateresca. Los restauradores del siglo XX quisieron dejar su impronta, e intercalaron esculturas singulares en sus portadas, como un astronauta, un mono encadenado o un dragón con un helado.

Cáceres

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La concatedral de Cáceres, tierra de nobleza medieval

Las batallas libradas entre musulmanes y cristianos en el territorio donde hoy se extiende Cáceres se plasman en la arquitectura robusta y de aspecto defensivo de muchos monumentos de esta ciudad, donde se reúnen obras románicas, góticas y renacimientas. Su seo de Santa María es desde 1957 con-catedral de la diócesis de Cáceres-Coria, y fue incluida en la Unesco en 1986. Empezó a erigirse en el siglo XIII tras la reconquista de la ciudad, como lugar de enterramientos para los nobles de la época. En el banco de piedra que aún puede verse frente a la portada se reunía el Concejo al toque de las campanas, para tratar asuntos de la villa. Los nobles adquirían sepulturas en el suelo y en los lucillos del muro para su descanso eterno: cuanto más cerca del Altar, mayor prestigio del difunto. Por ese motivo alberga una magnífica colección de escudos y símbolos heráldicos. Por su lado, bajo la plaza de la fachada oeste se enterraba al pueblo llano. El interior adusto exhibe gruesos muros en los que se abren capillas como la de los Blázquez, que guarda la talla del Cristo Negro de Cáceres (siglo XIV). Sobresale el retablo Mayor plateresco, labrado en cedro y pino de Flandes. En su campanario de planta cuadrada, con flameros en cada esquina, anidan cada año las cigüeñas. 

Sevilla

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Catedral de Sevilla, de los almohades a Colón

En el corazón de Sevilla se levanta la catedral, siempre identificada por su Giralda, el minarete árabe reconvertido en campanario. Con sus cinco naves, es la iglesia gótica más grande de Europa. En 1987, la Unesco la declaró Patrimonio Mundial junto al conjunto formado por el Real Alcázar y el Archivo de Indias, todos compartiendo un mismo espacio, «constituyendo un magnífico ejemplo de las grandes etapas de la historia de la ciudad» (musulmana, cristiana y la metrópolis del siglo XVI como Puerto de Indias). Además, la Unesco valoró la integridad y buen estado de conservación de las construcciones. La catedral exhibe una amplia gama de estilos derivados de su turbulenta historia. Destaca la capilla de la Granada, con capiteles que datan de la época visigoda, únicos vestigios de la catedral primitiva, que el año 712 los conquistadores almohades condenaron a la destrucción. El templo acoge la tumba de Cristóbal Colón.

La Catedral de Toledo, emblema de la tolerancia

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La Catedral de Toledo, emblema de la tolerancia

Toledo, o para la historia «la ciudad de las tres culturas», atesora monumentos que atestiguan haber sido un emblema de tolerancia, creados en el contexto de tres grandes religiones: judaísmo, islamismo y cristianismo. La catedral gótica de Santa María de Toledo empezó a construirse en el siglo XIII sobre restos de una mezquita y una anterior iglesia visogoda. Incluye proezas, como la novedosa solución arquitectónica de doble gírgola tras el altar mayor y el coro, este con dos cuerpos de sillerías. La cúpula central fue trazada por el hijo de El Greco, sobre vestigios de una capilla mozárabe. Sobresale la longitud de la nave central, cuyo techo está iluminado por vidrieras. El altar barroco de mármol y bronce muestra escenas bíblicas que hacen estremecer por su realismo. Otro tesoro es la Sacristía, donde se pueden contemplar obras de El Greco, Caravaggio, Rubens o Van Dyck. El broche lo pone la Capilla del Tesoro, con una portada de Covarrubias. El monumento es Patrimonio Mundial desde 1986, junto al centro histórico.

Oviedo

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Catedrales del Camino de Santiago en la Unesco

La histórica Ruta Jacobea, con ramales como el Camino Francés y el del Norte, ambos distinguidos como Bien Cultural de la Unesco desde 1993, engloba en su recorrido monumentos magníficos, entre estos varias catedrales, declaradas por sí mismas Patrimonio Mundial. Es el caso de las seos de Oviedo, donde destaca su Cámara Santa, Vitoria, Lugo, Bilbao o la lucense de Mondoñedo, apodada «la Catedral arrodillada» por su escasa altura. Mención aparte merece la de Santiago de Compostela, un monumento magistral de inmenso valor histórico, artístico y espiritual. La plaza del Obradoiro, núcleo de la Ciudad Vieja, se rinde ante las torres que flanquean la fachada barroca, antesala del inimitable Pórtico de la Gloria, obra cumbre del románico europeo.

León

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Catedral de León, hito luminoso del gótico español

Santa María de León fue el primer monumento declarado como tal en España el año 1844. Su construcción comenzó el siglo XIII, siendo una magna obra gótica con influencias de los grandes templos ojivales de Francia. Etapa del Camino de Santiago y de sobrenombre «la Pulchra leonina» por su belleza, posiblemente sea el logro más armonioso y luminoso del gótico español. Su característica más valiosa es haber reducido sus muros de piedra a la mínima expresión para sustituirlos por vitrales, una de las mayores colecciones de vidrieras medievales que se conservan en el mundo. La fachada principal, enmarcada por dos torres asimétricas, consta de tres portadas de gran riqueza escultórica. En el interior, las tres naves del templo transmiten una sensación de ligereza, debido a la esbeltez de los pilares que sostienen las bóvedas y especialmente a la luz que dejan filtrar las vidrieras, la mayoría de los siglos XIII a XVI, que cierran más de un centenar de ventanales calados y tres grandiosos rosetones. Tras el coro labrado en nogal resalta el transcoro, obra renacentista con relieves de alabrastro, hornacinas y estatuas. Entre la docena de capillas destaca la Mayor, rodeada por rejas platerescas que protege las reliquias de San Floilán. El Museo Catedralicio alberga una valiosa colección de tallas románicas de los siglos XII y XIII.

Burgos

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Catedral de Santa María de Burgos, pionera del gótico

La de Burgos fue una de las primeras catedrales góticas erigidas en la Península. Comenzó a construirse el año 1221, al tiempo que las grandes catedrales de Francia, y sus obras no concluyeron hasta el siglo XVI. La Unesco destacó en 1984 esta obra por su espléndida arquitectura, que abarca desde el gótico más primitivo al flamígero, y por la colección excepcional de obras maestras que guarda, desde pinturas a los sitiales del coro, retablos, tumbas y vidrieras, que juntos representan una muestra increíble de la expresividad de los artistas góticos. Destacan portadas como la del Sarmental, del siglo XIII, decorada con esculturas, la de la Coronería, con el Juicio Final labrado en piedra, o la de la Pellejeria, concebida a modo de retablo plateresco. En su interior sobresale la Capilla del Condestable, gótico-plateresca, la más bella de la docena que tiene. El coro, en el corazón del templo, y el claustro, adosado al altar Mayor, son etapas imprescindibles.

Ávila

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La catedral de Ávila, templo y fortaleza

Esta «ciudad de santos y piedras», cuna de santa Teresa y tumba de Torquemada, fue fundada en el siglo XII para proteger los territorios castellanos de los árabes, erigiendo con el tiempo su excepcional muralla, que mantiene intactas sus 82 torres almenadas. La catedral gótica abulense, erigida en la parte más alta de intramuros, fue desde su origen una pieza fundamental en la defensa de la ciudad. Iniciada en estilo románico en 1160, está considerada la primera iglesia gótica de España, aunque en ella también se distinguen el renacimiento posterior y el barroco en el que se concluyó la portada. El templo ha sabido preservar la austeridad y pureza de sus líneas, valores que destacó la Unesco en 1985 cuando la declaró Patrimonio de la Humanidad. 

San Cristóbal de La Laguna

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Catedral de San Cristóbal de La Laguna (Tenerife)

El núcleo histórico de San Cristóbal de La Laguna fue declarado en 1999 Patrimonio de la Unesco por ser la primera ciudad trazada en cuadrícula de Canarias y aglutinar espacios abiertos flanqueados por iglesias y edificios de los siglos XVI a XVIII. Entre ellos la Catedral, que nació como parroquia de los Remedios y tras sucesivas ampliaciones, fue nombrada seo el siglo XIX. En su interior neogótico destacan la Capilla de Nuestra Señora de los Remedios, cuyo retablo es una de las joyas del barroco canario, además de unas tablas flamencas y el púlpito labrado en mármol, estas dos últimas piezas del siglo XVII. El templo fue remodelado con hormigón en el siglo XX y añadió cubiertas de fibras de polipropileno en el XXI: por ello está considerada una de las catedrales españolas «de última generación», junto con la Almudena de Madrid y la de Vitoria.

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La catedral de Cuenca, sencillez divina

El templo consagrado a Nuestra Señora de Gracia es el monumento más importante y antiguo de Cuenca. Fue una inspiración de Leonor de Inglaterra, esposa de Alfonso VIII, por ello a pesar de ser un templo básico del gótico, muestra elementos de la arquitectura anglo-normanda del siglo XII. Su sobrio interior está iluminado por vidrieras y la doble girola de la nave interior. El hecho de coincidir con el descubrimiento de América del año 1492, durante el desarrollo de la obra, propició que en ella se esculpieran animales propios de las nuevas tierras descubiertas, haciendo que la iconografía conquense fuese especial, de tipo fantástico, mitológico y figuras humanas, intercalando entre ellas iconos de tipo vegetal como hojas, tallos, frutos y vástagos serpenteantes a lo largo de los tallos. Las capillas son en su mayoría de los siglos XV y XVI, cuenta con un claustro renacentista, mientras la fachada neogótica fue finalizada en el XX.

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Catedral de Baeza, esplendor renacentista

Esta localidad jienense y su vecina Úbeda son «un ejemplo monumental renacentista de Espa��a», de tanto valor que la Unesco las incluyó en conjunto en 2003. Entre otras iglesias y palacios de este estilo artístico, la catedral de la Natividad de Nuestra Señora de Baeza es por sí sola Patrimonio Mundial. Fue en la Edad Media cuando el templo acogió los restos de san Pedro Pascual, martirizado en Granada el año 1300. Desde entonces, la combinación de estilos mudéjar, gótico y renacentista permite observar el paso del tiempo a través de sus muros. La Puerta de la Luna es uno de los elementos más antiguos del templo (siglo XIII). Sobre él, resalta un rosetón gótico del XIV. La Capilla Mayor se articula entre majestuosas columnas salomónicas. La torre-campanario, que ocupa el espacio del alminar de una antigua mezquita, se añadió en 1395.