Cumbre europea

Eslovaquia y Hungría abren otra grieta en la unidad europea sobre Ucrania

El primer ministro eslovaco, Robert Fico, se ha estrenado en la cumbre anunciando que no suministrará “más armas” a Ucrania mientras su homólogo Viktor Orbán ha defendido “orgulloso” sus contactos con Vladímir Putin

El primer ministro de Hungría, Víktor Orban, y el líder de Eslovaquia, Robert Fico.

El primer ministro de Hungría, Víktor Orban, y el líder de Eslovaquia, Robert Fico. / EFE

Silvia Martinez

Desde que Hamás atacara Israel el pasado 7 de octubre el foco de la comunidad internacional ha virado de la guerra de agresión rusa en Ucrania hacia el conflicto de Oriente Próximo. Por eso, los líderes europeos intentan renovar este jueves y viernes en Bruselas su compromiso hacia Kiev y disipar cualquier atisbo de duda sobre la existencia de una posible fatiga de la guerra entre los Veintisiete, pese a la nueva grieta abierta por Eslovaquia y Hungría. El nuevo primer ministro eslovaco, Robert Fico, se ha estrenado en la cumbre anunciando que no suministrará “más armas” a Ucrania mientras su homólogo Viktor Orbán ha defendido “orgulloso” sus contactos con el presidente ruso, Vladímir Putin.

¿Cómo va a explicar su reunión con el presidente de Rusia en Pekín al resto de líderes europeos?, le han preguntado al primer ministro húngaro este jueves. “Rusia y Hungría tienen un vecino común llamado Ucrania y tenemos una estrategia de paz. Nos gustaría mantener abiertos todos los canales de comunicación”, ha respondido haciendo gala de la política “transparente y clara” de su país en contraposición de las estrategias del resto de Estados miembros que, a juicio de Orbán, tienen una estrategia “de guerra” y no “de paz” como Hungría. “Hay que mantener todas las líneas de comunicación con los rusos” porque de lo contrario “no habrá paz”, ha insistido. ¿Es partidario de un alto el fuego?, le han interrogado sobre una tregua en Oriente Próximo para entrar ayuda humanitaria en Gaza. “Un alto el fuego entre Ucrania y Rusia, sí”, ha respondido con ironía.

“Es muy extraño ver empezar a flirtear con un régimen que ha cometido atrocidades muy crueles en el territorio de Ucrania. Envía una señal erronea a todo el mundo, la sociedad internacional y Ucrania”, le ha afeado el presidente lituano, Gitanas Nauseda, uno de los más fieles defensoras de Ucrania en la UE que teme que si Kiev cae los próximos sean los países bálticos. Por eso, es partidario de mantener el apoyo a Kiev y ser coherentes. “No tenemos derecho a la fatiga de la guerra. Es (algo) muy importante dado que algunos países empiezan a mantener una diplomacia especial. Es muy importante en este momento crítico de la guerra mantener la unidad, no dividir la política exterior”, ha añadido.

Nueva alianza

El problema es que a Orbán le ha salido un nuevo aliado frente a Kiev: el eslovaco Robert Fico que antes de llegar a la cumbre ya ha avisado que su país no financiará más armas para Ucrania. “Consideramos la ayuda a Ucrania únicamente como ayuda humanitaria y civil, y ya no suministraremos armas a Ucrania”, ha avisado tan solo un día después de su nombramiento. “La guerra en Ucrania no es nuestra, no tenemos nada que ver con ella”, ha insistido. Por su parte Orbán también ha avisado a Kiev que si quiere desbloquear un nuevo tramo de 500 millones de euros del Fondo Europeo para la paz, utilizado para financiar la compra de armamento para Ucrania, no tiene más que enviar una delegación a Budapest.

Ucrania, la prioridad

Pese a estas palabras la mitad del borrador de conclusiones de la cumbre está dedicado a Ucrania y a cerrar filas con Kiev. “Demuestra que esto sigue siendo una prioridad absoluta. No veo ningún cansancio en Ucrania. Al contrario, hemos estado discutiendo (la situación) cada dos últimas semanas”, insisten fuentes diplomáticas en un mensaje repetido en otras delegaciones. Pese al tono de Bratislava y Budapest, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha vuelto a exponer ante los líderes europeos la situación en su país durante una intervención por videoconferencia que ha centrado en la adhesión de Ucrania a la UE y los vínculos entre la seguridad en Europa y Oriente Medio.

“Hoy Rusia no lucha por quedarse en Mariupol o Crimea, sino por poder venir a Tartu o Gdansk si quiere. Muchos de ustedes vivieron este pasado. Rusia está tratando de cambiar las fronteras de Ucrania no sólo para apoderarse de nuestras regiones, sino también para cambiar cualquier frontera que no les guste”, ha avisado reclamando una duodécima ronda de sanciones, que ya prepara la Comisión Europea. “Todos los activos del Estado terrorista y sus asociados en todas las jurisdicciones disponibles deben congelarse y utilizarse para compensar el daño causado por el terrorismo ruso”, les ha pedido Zelenski sobre una negociación que prosigue también en el marco del G7.