El impacto que tendría en Asturias la reducción de jornada: más calidad de vida y mejor salud mental

ASTURIAS

María Pedreda

«Si esta medida pone en riesgo la viabilidad de una empresa igual es que ya no era viable de antes; otra cosa es que afecte a una parte de los beneficios», señalan los expertos

26 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La reducción de jornada laboral de 40 horas a 37,5 semanales sin recorte salarial es la medida estrella en materia laboral del acuerdo al que han llegado PSOE y Sumar para reeditar un gobierno de coalición a nivel estatal, en el caso de que la investidura de Pedro Sánchez salga adelante. Se trata de una iniciativa que iría cogiendo forma progresivamente durante la legislatura y que tiene por objetivo llegar a las 32 horas semanales en cuatro días laborales, en un cómputo anual. Los últimos datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat) señalan que la media de horas semanales reales de trabajo en España fue de 37,8 en 2022, teniendo siempre en cuenta la cantidad existentes de contratos a tiempo parcial. La más alta, con 43,3, está en Serbia mientras que la media más baja la tiene Países Bajos con 33,3 horas semanales. 

¿Cuál sería el impacto de esta medida aplicada a la realidad laboral y económica de Asturias? Responde Begoña Cueto, catedrática de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo: «Varios estudios ya han demostrado que con la reducción de jornada los trabajadores están más satisfechos y mejoran su salud mental. Demuestran además que las empresas que han aplicado esta reducción son también más eficientes. La reducción de jornada tiene efectos sobre el consumo y la calidad de vida». Explica Cueto que en el caso de Asturias, al igual que en otras comunidades autónomas, la aplicación de una medida de este estilo requeriría paralelamente «un análisis por sectores», ya que «hay campos con dificultades para una adaptación de este tipo». Una visión en la que coincide también Vanesa Rodríguez, profesora titular del departamento de Sociología de la Universidad de Oviedo: «Hay sectores que lo van a tener un poco más complicado».

«Si la medida pone en riesgo la viabilidad de una empresa igual es que ya no era viable de antes»

Reflexiona Rodríguez sobre el riesgo de viabilidad de las empresas que se vean obligadas a introducir la reducción de jornada. «Si algo tan pequeño con 2,5 horas semanales pone en riesgo la viabilidad de una compañía es que igual no era viable de antes; otra cosa es que ponga en riesgo una parte de los beneficios», señala la experta, quien cree que esta medida tendrá un impacto mayor en el cómputo anual que en el semanal, a pesar de que «permita una mejor conciliación personal y familiar»: «Pienso que a la práctica se traducirá en más días libres anuales».

La clave radica en la productividad de las empresas

Begoña Cueto plantea que no habría que centrar tantas miradas en las horas de trabajo como en la productividad de las mismas. «España es un país que tiende a la presencialidad en el trabajo y en muchas ocasiones son horas sin aprovechar del todo», explica la catedrática, incidiendo en que aquellas empresas que han tenido éxito a la hora de aplicar estas reducciones también son aquellas que mejor aprovechan el tiempo de trabajo: «Hay sectores incluso que pueden beneficiarse de los avances tecnológicos para llevar a cabo la reducción, como por ejemplo el comercio, gracias a la digitalización de las ventas».

Respecto al impacto directo en el consumo, Vanesa Rodríguez cree que posiblemente esta medida no llegue a impactar ostensiblemente. En cambio, sí cree que puede hacerlo tanto en la calidad de vida de los trabajadores como en su salud mental. «He visto que en muchos casos se ve como una medida tremendista y a fin de cuentas no es para tanto, son 2,5 horas semanales», indica la profesora de la Universidad de Oviedo, recordando además que «una reducción de jornada con una disminución proporcional del salario no es una reducción, es una temporalidad».