Aniversario

25 años de la escapada de Borau al retrete que provocó el "A la mierda" de Fernando Fernán Gómez

En 1998 el actor se enfadó con un admirador que le pidió que le firmara un libro en el Círculo de Bellas Artes de Madrid

Un momento del encontronazo
Un momento del encontronazoLa Razón

Un día como hoy de hace 25 años uno de nuestros actores más internacionales, Fernando Fernán Gómez, protagonizaba una escena que marcaría su vida (y las nuestras) y no precisamente para el celuloide. Un cuarto de siglo después aún seguimos utilizando aquel exabrupto como símbolo de hartazgo que nos puede llegar a suponer una situación o conversación. Celebremos 25 años de Fernando Fernán Gómez (tampoco podría ser otro) gritando ¡"Váyase usted a la mierda!".

Pongámonos en situación. 21 de octubre de 1998. Círculo de Bellas Artes de Madrid. Numerosas personas y las cámaras de Televisión Española se desplazan hasta llí para acudir a la presentación del libro "La cruz y el lirio dorado", escrito por Fernando Fernán Gómez (FFG). Entre ellos se encontraba Javier Pagola (JP), un vasco que sentía admiración por el intérprete y se había acercado a que le firmaran un ejemplar. Todo quedó grabado por las cámaras de la televisión pública, que en el corte más famoso se encontraba entrevistando al director de cine José Luis Borau.

En seguida surgen unos gritos entre el público asistente a la presentación y las cámaras de televisión se giran hacia dos personajes: el susodicho fan de Fernán Gómez y el propio actor. "Porque no, porque me ha salido de los cojones. ¿Comprende? ¿Comprende? -se oye decir en tono bastante alto a Fernando Fernán Gómez, que prosigue-.Y si usted cree que tengo mal carácter, está en lo cierto. ¡Lo tengo, y muchísimo!". El señor viéndose casi acorralado responde: "¡Y mala educación!". Ese punto supone el momento en el que la discusión explota:

Fernando Fernán Gómez: "Y mala educación, sí señor. Desgraciadamente soy una persona mal educada. No soy como usted".

Javier Pagola: Yo le admiraba

FFG: -Haga el favor de dejarme en paz

JP: Hasta ahora le admiraba

FFG: Déjeme en paz

JP: Le admiraba hasta ahora

FFG: Pues déjeme de admirar, no me hace falta su admiración. ¡Váyase usted a la mierda! ¡A la mierda!

Un final dramático que vieron por televisión millones de españoles y que aún perdura en nuestra memoria. El propio Javier Pagola acudió tiempo después para desvelar su identidad en el programa de Gemma Nierga "Hora 17" en "La Ventana" de la mano de Sergi Mas. Allí teorizó sobre que al actor no debían gustarle aquellos actos multitudinarios y honores, que sumado al mal humor acostumbrado del intérprete hizo estallar la situación con él, "y lo pagó conmigo". También aprovechó para contar su versión de lo sucedido: "Yo fui a la presentación del libro, y al acabar la presentación me acerqué a que me lo firmara. Pero me dijo que no. Se lo pedí por favor y me volvió a decir que no. Yo le dije que esos no eran modales y se levantó, vino hacia mí y me quitó el libro para tirarlo al suelo". También confesó haber guardado el vídeo hasta que los malos recuerdos y el hartazgo hicieron que se decidiera de él. "Lo recuerdo todo como algo desagradable. Yo le admiraba, pero ahora como persona no lo admiro".

Finalmente se supo que todo había sido por un problema anterior. Según cuenta Luis Alegre Luis Alegre en el prólogo para 'El tiempo amarillo' que escribió en 2012 todo se redujo a una petición suya que no supieron cumplir en el Circulo de Bellas Artes: "El presidente del acto era José Luis Borau, entonces presidente de la Academia de Cine. Fernando había advertido a la editora, Lourdes Lucía, que no quería firmar libros y le había solicitado que una persona avisara de ello a los asistentes que solicitaran su firma. El caso es que la persona encargada de esa tarea se ausentó mientras acompañaba a Borau al retrete y, en ese momento, un caballero abordó a Fernando y le pidió que le firmara 'El tiempo amarillo'. Fernando se negó. El caballero insistió una y otra vez y Fernando, reacio desde muy joven a que se le insistiera en nada, se volvió a negar una y otra vez. Fernando, que no podía con los plastas, desató toda su furia".