La accesibilidad a la vivienda debería ser un derecho universal, pero las aspiraciones de poder optar a un alquiler asequible se dan de bruces con la realidad. En la última década, en lo que concierne a la Comunidad de Madrid, una de las regiones donde se concentra más densidad poblacional y donde más se tensionan los alquileres, sus precios han subido un 61,8% en la última década, una cifra desproporcionada, ya que el salario medio, en el mismo periodo, tan solo ascendió un 3,3%, según los datos aportados por plataformas como Infojobs o Fotocasa.

Ante una situación tan compleja y de primer orden para la ciudadanía, especialmente para las generaciones jóvenes, hacen falta recursos y actuaciones de carácter urgente. Fijando el foco en esta comunidad autónoma, entre 2012 y 2022, el salario medio no llegó a incrementarse ni 1.000 euros -el aumento concreto fue de los 25.254 euros a los 26.084 euros-; mientras, el precio de los alquileres se incrementó cerca de un 6% en estos diez años –de los 9,53 euros de precio del metro cuadrado a los 15,42 euros-.

Necesidad de declarar zonas tensionadas

Pese a que estos datos sobre el estado de los alquileres trascendieron el pasado mes de mayo, la realidad sigue ejerciendo presión sobre los bolsillos de los ciudadanos de a pie. Así lo ha denunciado Más Madrid, formación que ha vuelto a poner sobre la mesa dichas cifras para anunciar, en consecuencia, que impulsarán mociones en aquellos municipios madrileños en los que es necesario que se declaren como zona tensionada por los altos precios de los alquileres de vivienda. “Si no regulamos el mercado, lo harán los fondos buitre”, ha advertido su líder, Mónica García, a través de sus redes sociales.

La ley de vivienda estatal sería la vía más eficaz y rápida para empezar a construir ese cambio que tanto se demanda. Más Madrid ha instado en estos términos al Gobierno madrileño de Isabel Díaz Ayuso a que la aplique con el objetivo que se impulsen medidas como la regulación de los precios o considerar como “gran tenedor” a aquellos propietarios con más de cinco inmuebles a su cargo.

No es solo el incremento cercano al 62% que se registra en la región en los últimos diez años, sino que cabe sumar que éste mismo precio está por encima de la media del aumento interanual, es decir, para el arrendatario no sólo supone un coste más alto en comparación con otros territorios, sino que el crecimiento proporcional es más alto.

Motivo por el cual, municipios de importante tamaño tales como Parla, San Sebastián los Reyes, Colmenar Viejo o Soto del Real exigen que se declaren como zona tensionada. En el caso de Parla, tal y como refleja en un comunicado Más Madrid, el precio medio de compra de una vivienda ronda los 1.7000 euros por metro cuadrado, pero ha sido este pasado mes de septiembre cuando se alcanzó el coste máximo jamás registrado: 2.055 euros por metro cuadrado.

Es primordial remarcar que, para poder declarar una zona tensionada, el municipio en cuestión debe contar, al menos, con que el coste medio de la hipoteca o del alquiler supere el 30% de los ingresos medios de los hogares; también, que el precio de compra o alquiler en el último lustro haya sufrido un alza acumulada de tres puntos porcentuales superior al porcentaje de crecimiento acumulado del IPC de la Comunidad de Madrid.

Frente a esta situación, el Ejecutivo de la Puerta del Sol está aplicando otras medidas en materia de vivienda que no ayudan a oxigenar los bolsillos de los madrileños, no al menos de las rentas bajas. Con el llamado ‘Plan Vive’ de Díaz Ayuso que entrará en vigor próximamente, se otorgarán “alquileres asequibles”, pero a personas que cobren cerca de 80.000 euros anuales, lo que se traduce en 6.562 euros al mes. Una medida que se suma a otras del mismo calado, tales como el Bono del Alquiler Joven impulsado por el Estado que, pese a estar en vigor desde enero de 2022, tan solo lo han cobrado un 20% de los solicitantes.

Disparidad entre alquileres y salarios en el plano nacional

Las diferencias entre comunidades autónomas son dispares pero, en su conjunto, este escenario es extrapolable al conjunto de España. Estirando el hilo de los resultados del estudio realizado por las principales plataformas de compra y venta de viviendas, se da muestra de que las rentas medias, en la última década, han subido un 51,4%, mientras que los sueldos un escaso 3,4%.

Madrid y Barcelona son ejemplo del aumento exponencial del coste de vivienda y, en detrimento, de la casi inamovilidad de los salarios de los trabajadores. El caso de la Comunidad de Madrid ha sido expuesto en líneas anteriores pero, el de Cataluña, prácticamente lo emula: los alquileres subieron un 68,3% y los salarios un 2,9%.

Abriendo el abanico del mapa nacional, fue Baleares la región en la que los alquileres más se han disparado, hasta un 97,9% en 10 años, prácticamente su totalidad y, a la par, con un alza del 7% de los sueldos de sus habitantes. Por encima de la media también se situó la Comunidad Valenciana con un 86,3% los precios de la vivienda y un 5,9% los sueldos de los trabajadores. La vivienda ha continuado escalando más que los salarios en otras comunidades como País Vasco o Asturias; mientras, en otras, las diferencias fueron más estrechas, como en el caso de Castilla – La Mancha, concretamente, en la provincia de Toledo, donde aumentaron las retribuciones un 3,7% cuando los alquileres descendieron un 2,4%.