Esta es, probablemente, la pregunta del millón y, desde luego, la más repetida entre las lectoras: ¿qué parte de nuestra nómina deberíamos ahorrar cada mes?

La realidad es que, como siempre, depende, pero hay unas reglas básicas que nos pueden ayudar a centrar el tiro y, sobre todo, a establecer unos buenos hábitos de ahorro. Al final, esto es como el ejercicio: la clave del éxito es incluirlo en tu rutina para que cada vez nos cueste menos.

Tienes que adaptarte a tu forma física

Igual que si no has corrido en la vida, lo lógico es que empieces poco a poco para no lesionarte, si nunca has conseguido ahorrar, lo mejor es empezar por una cantidad pequeña que no te vaya a suponer un esfuerzo sobrehumano.

Lo bueno de las finanzas es que son proporcionales. Es decir, cuanto más ganes, más tienes que ahorrar, porque los sistemas de cobertura pública para situaciones como el paro, una baja prolongada o la jubilación, te cubrirán peor. Por las mismas, si tienes un sueldo modesto con que ahorres un poco ya vamos bien. Igualmente, los autónomos también deberían intentar ahorrar un poco más, porque, de media, están peor cubiertos que los empleados por cuenta ajena.

El hábito hace al monje o, en este caso, al millonario

En esto del ahorro, como con la forma física, es muchísimo más importante la constancia que la cantidad. De nada vale que un día te lances a la carretera y te corras una maratón completa si luego te vas a quedar baldada y no vas a volver a correr en un mes. De la misma manera, hacer un esfuerzo sobrehumano por ahorrar un mes, si no vas a ser capaz de mantener ese nivel de minimalismo extremo, te va a aportar menos beneficios que ahorrar menos pero regularmente.

mujer sonriente con una pila de billetes
Debrocke/ClassicStock//Getty Images

Un objetivo claro

Lo ideal es marcarse una cantidad fija al mes. Los analistas financieros te diríamos que a partir de un 10% de tus ingresos netos empieza a estar la cosa bien, un 20% ya es de corredor semi-profesional y, a partir de ahí, the sky is the limit.

Pero, como decíamos, no hay cantidad demasiado pequeña. Si estos porcentajes te parecen inalcanzables, no te preocupas, empieza por 5, 10 o 50 euros al mes, lo que sea que te parezca una cantidad realista que vas a poder cumplir sin convertirte en un Scrooge de la vida. Lo importante es empezar y pronto te darás cuenta de que muchos pocos suman.

Si eres autónomo o tus ingresos son muy irregulares, igual es más fácil ahorrar un porcentaje de cada factura que te paguen que una cantidad fija al mes. Eso ya, a gusto del consumidor, lo importante es marcarse un objetivo y ceñirse a él con disciplina de yogui.

Si estás lesionado no es el momento de correr

Dicho esto, igual que cuando uno se lesiona no es el momento de ponerse a entrenar, si estás pasando un bache, te han echado del trabajo o se te ha muerto el coche cuando menos te lo esperabas, igual no es el momento de ahorrar. Precisamente para eso están los ahorros, para sacarnos de un apuro en los momentos complicados. Lo importante es acordarse de ahorrar cuando las cosas van bien, para poder tirar de esos ahorra cuando las cosas se tuerzan.

Acuérdate de descansar

Como siempre, la virtud está en el punto medio. Así que, si has conseguido tus objetivos y estás ahorrando la cantidad que te habías marcado, acuérdate de darte un capricho, te lo has ganado.