RECETAS

Cómo preparar mayonesa sin huevo en 5 minutos: la receta fácil y barata que todos te pedirán

Esta salsa clásica del recetario tradicional emplea huevo crudo en su elaboración, uno de los alérgenos principales y que puede exponernos a afecciones como la salmonela. Pero se puede evitar con una propuesta de sabor y textura muy similar.

La mayonesa es una de las salsas clásicas de la gastronomía española.
La mayonesa es una de las salsas clásicas de la gastronomía española.
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Entre las recetas clásicas de la cocina tradicional, las salsas son unas de las favoritas por ser el acompañamiento perfecto para muchos platos. La de tomate parece ser la opción más popular en una elaboración que no falla, pero que también admite variantes que potencian su sabor. Sin embargo, en España podemos presumir, aunque los franceses digan lo contrario, de ser los precursores de otro de los aderezos más queridos de nuestra gastronomía: la mayonesa, indispensable en muchas mesas.

Su popularidad radica en el buen sabor que aporta a los platos y en la facilidad de su receta, lo que permite elaborarla de forma casera para que esté aún más buena. Y es que con tan solo cuatro ingredientes que encontramos en la mayoría de despensas se puede elaborar. Eso sí, en este sencillo proceso, hay que tomar precauciones para evitar que la mayonesa se corte, un contratiempo que, si bien puede arreglarse, no es agradable de solventar. El exceso de aceite, la temperatura de los ingredientes o mezclarlos en el orden incorrecto pueden ser los motivos de este percance.

Otro de los aspectos más controvertidos de la mayonesa es el uso de huevo crudo, uno de los alimentos que más alergias provoca y más expuesto a estropearse si no se conserva como es debido. Así, se deben evitar los cambios de temperatura y verificar la fecha de caducidad, puesto que, de lo contrario, puede suponer un riesgo para la salud al estar más expuestos a la salmonela. 

Cómo hacer mayonesa casera sin huevo

Sin embargo, no hay por qué renunciar al delicioso sabor casero de esta salsa ya sea por alergia como por prevención. Para ello, hay que olvidar el huevo crudo y apostar por la lactonesa, una mayonesa casera sin huevo con sabor y aspecto similar a la salsa tradicional, por lo que nadie notará la diferencia.

Receta de mayonesa sin huevo

Ingredientes

100 mililitros de leche de vaca o de soja

200 mililitros de aceite de oliva o girasol

Zumo de limón o vinagre al gusto

Sal

Opcional: mostaza de Dijon para darle un punto picante

Cómo preparar la lactonesa

Verter en el vaso de la batidora la leche a temperatura ambiente y batirla durante 1 minuto y medio a velocidad media para darle cuerpo y crear espuma.

Listo este paso, pegar las cuchillas de la batidora al fondo del vaso y, de forma paulatina, añadir el aceite poco a poco a la vez que batimos para que se vaya integrando y emulsionando con la leche. Lo mejor, es echarlo de forma continua en forma de hilo para conseguir un resultado cremoso.

Cuando la mezcla haya emulsionado y tenga cierta consistencia, dejar de batir y añadir el zumo o el vinagre, la sal y la mostaza para remover la mezcla. Después, volver a batir pero con movimientos ascendentes y descendentes para aportar aire y conseguir una mayonesa con más cuerpo.

Una vez lista la lactonesa, lo recomendable es consumirla al momento, ya sea disfrutándola como salsa de acompañamiento o añadiéndola como un ingrediente más de la receta elegida. En caso querer conservarla, hay que dejarla siempre refrigerada, tapada para que no esté en contacto con el aire y durante un máximo de dos días.

Dónde guardar los huevos en la nevera

Hay que prestar atención a la conservación de los huevos en la nevera.
Hay que prestar atención a la conservación de los huevos en la nevera.
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Aunque los huevos están a temperatura ambiente en los supermercados, al llegar a casa es fundamental refrigerarlos para que la temperatura no fluctúe y pueda causar daños en la cáscara. Es esta capa protectora la que evita las intoxicaciones alimentarias o la entrada de la salmonela, por lo que es fundamental conservarlos en una zona fría y estable que asegure que su consumo es seguro, bien sea en crudo o cocinado. Y no, la puerta de la nevera no es el lugar donde deberíamos guardarlos.

Esta zona del frigorífico es la que más cambios de temperatura experimenta a lo largo del día: cada vez que lo abrimos y cerramos, provocamos un calentamiento en todos los ingredientes que almacenamos. Sin embargo, también es el lugar que la mayoría escoge para guardar los productos más delicados, como los lácteos y los huevos.

Por eso, si se quieren evitar riesgos, los huevos deben refrigerarse en las baldas intermedias ya que son las que se caracterizan por tener una temperatura más constante. Así, la puerta del frigorífico es más adecuado para almacenar las salsas y los condimentos.

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